El infarto de miocardio o ataque cardiaco es la muerte de algunos tejidos del corazón por falta de riego sanguíneo. Se presenta cuando los vasos sanguíneos que irrigan el corazón se bloquean, impidiendo la llegada de suficiente oxígeno a este órgano.
La mayoría de los ataques cardiacos son provocados por un coágulo que bloquea una de las arterias coronarias, las cuales llevan sangre y oxígeno al corazón. Si el flujo sanguíneo se bloquea, el corazón sufre por la falta de oxígeno y las células cardiacas mueren.
En la aterosclerosis, la placa, que se compone de colesterol y otras células, se acumula en las paredes de las arterias coronarias. La acumulación lenta de la placa puede bloquear una de sus arterias coronarias casi por completo y, entonces, no puede fluir suficiente sangre oxigenada a través de este bloqueo, lo cual sucedería más probablemente cuando el paciente está haciendo ejercicio y las necesidades de oxígeno son mayores. Por otra parte, la placa en sí desarrolla hendiduras (fisuras) o rupturas. Las plaquetas sanguíneas se pegan a estas rupturas y forman un coágulo de sangre (trombo). Se produce un ataque cardiaco si dicho coágulo de sangre bloquea completamente el paso de la sangre oxigenada hacia el corazón.
Factores de riesgo
Sobrepeso y obesidad
Sobrepeso y obesidadLos factores de riesgo para el desarrollo de arteriopatía coronaria y ataque cardiaco comprenden:
- Edad avanzada (más de 65 años).
- Sexo masculino.
- Diabetes.
- Antecedentes familiares de enfermedad de las arterias coronarias (factores genéticos o hereditarios).
- Hipertensión arterial.
- Tabaquismo.
- Dieta grasa.
- Niveles de colesterol elevados, especialmente el colesterol LDL ("malo") alto y el colesterol.
- Enfermedad renal crónica.
Clínica
Se manifiesta por la presencia de dolor torácico que se centra en la zona del corazón o se puede irradiar desde el pecho a los brazos, el hombro, el cuello, los dientes, la mandíbula, el área abdominal o la espalda.
El dolor puede ser intenso o leve y se puede sentir como una banda apretada alrededor del pecho, una indigestión, sensación de peso sobre el pecho o presión aplastante o fuerte.
El dolor, por lo general, dura más de 20 minutos y no se alivia por completo con el reposo o con un medicamento llamado nitroglicerina. Los síntomas también pueden desaparecer y regresar.
Otros síntomas de un ataque cardiaco pueden ser: ansiedad, tos, desmayo, mareo o vértigo, náuseas o vómitos, palpitaciones, dificultad respiratoria y sudoración intensa.
Algunas personas (los ancianos, las personas con diabetes y las mujeres) pueden experimentar poco o ningún dolor torácico, o pueden experimentar síntomas inusuales (dificultad para respirar, fatiga, debilidad). Se denomina "ataque cardiaco silencioso o silente" al que cursa sin síntomas.