Según noticias de El País, un cuarto de siglo después de los contagios con sangre portadora del VIH entre los años 1981 y 1985, el laboratorio alemán Bayer, el estadounidense Baxter y otras farmacéuticas han llegado a un acuerdo para indemnizar a unas 2.000 personas en el mundo que fueron infectadas por este virus contenido en los derivados sanguíneos que recibieron para tratar su hemofilia.
De momento, la cuantía de las indemnizaciones no se sabe con exactitud pero serán de alrededor de decenas de millones de euros.
Según el periódico New York Times, a pesar de que la Agencia de Control de Drogas y Medicamentos de Estados Unidos prohibió la venta de estos productos en 1984, se siguieron vendiendo en países de Asia y de América Latina.
Las compañías farmacéuticas han asegurado que, a partir de este suceso, estos productos se someten a un proceso de inactivación viral, el cual es una barrera efectiva contra el VIH y la hepatitis C.