El herpes zóster o culebrilla es una enfermedad vesicular aguda que es la respuesta de una persona con inmunidad parcial al virus varicela-zóster.
Es un virus morfológicamente idéntico al de la varicela que afecta con mayor frecuencia a pacientes inmunodeprimidos por otra enfermedad (p. ej.: sida, leucemia) o a causa de algún medicamento. En estos casos la enfermedad reviste mayor gravedad por el peligro de diseminación por todo el organismo.
El virus varicela-zóster (VVZ) puede producir dos enfermedades: la varicela, que resulta de la infección primaria por el virus, y el herpes zóster, que se produce por su reactivación. El virus persiste en el organismo tras la infección de la varicela.
El herpes zóster se caracteriza por la aparición de vesículas, profundas, agrupadas, tensas, de distribución unilateral a lo largo de las vías neurales del tronco, las cuales son precedidas unas 48 horas o más antes de dolor que persiste una vez han desaparecido las lesiones.
La presentación más común es en el tronco o en la cara. Los ganglios linfáticos regionales pueden estar sensibles y tumefactos.
El cuadro de herpes zóster es inconfundible ya que las lesiones vesiculares dolorosas agrupadas a lo largo del trayecto nervioso tienen el aspecto de una culebra (se le llama popularmente "culebrilla").