Los antiandrógenos o antagonistas androgénicos son un grupo de fármacos que ejercen una acción antagonista o supresión hormonal capaz de prevenir o inhibir los efectos biológicos de los andrógenos u hormonas sexuales masculinas en las respuestas normales de los tejidos corporales a estas hormonas. Los antiandrógenos normalmente actúan bloqueando los receptores androgénicos, compitiendo con los sitios de unión en la superficie de las células, literalmente obstruyendo la función de los andrógenos.
Los antiandrógenos se utilizan:
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Para inhibir el "rebrote" tumoral que puede ocurrir tras iniciar el tratamiento con análogos de la hormona liberadora de gonadotropinas
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Se usan en monoterapia frente al cáncer de próstata metastásico, refractario al tratamiento con análogos de la GnRH
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Para el tratamiento del cáncer de próstata, solos o como complemento de otros tratamientos, según las circunstancias clínicas
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Para tratar la hipersexualidad grave y las desviaciones sexuales en los varones
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En el tratamiento del acné e hirsutismo femeninos