Cuándo y cómo hablar de sexo con los hijos

En la semana del Día Internacional de la Infancia, La Comunidad del Sofá, espacio de diálogo sobre sexualidad, reivindica entre padres e hijos un diálogo sobre sexualidad gradual y adaptado a la edad de los niños, libre de tabúes y que les aporte seguridad en sí mismos.

¿Dejarías el cuidado de la educación y la alimentación de tus hijos en manos de sus amigos, la televisión o internet? Pues si no lo haces en estos temas tampoco deberías hacerlo con su educación sexual.

El Día Internacional de la Infancia está dedicado a la protección de los niños y cuidar de su educación sexual significa garantizarles una buena base para desarrollar relaciones sanas en el futuro. Por eso La Comunidad del Sofá, espacio donde hablar de sexualidad creado por Platanomelón.com y su equipo de sexólogas, resuelve las dudas que asaltan a muchos padres en este sentido.

¿A qué edad es conveniente hablar de sexo con los hijos?, ¿Cómo sacar el tema?, ¿Recurro al símil de la flor y la abeja?, ¿Qué preguntas harán y cómo hay que contestar?

Maria Hernando, sexóloga, aconseja "hablar de sexualidad –que no sexo–, ya que es un ámbito mucho más amplio y que no sólo incluye una sexualidad genitalizada o la anatomía, sino un conjunto de prácticas físicas y sobre todo emociones y sentimientos". Esta especialista recomienda además un diálogo adaptado a la edad del niño y que tenga siempre en cuenta su nivel de compresión.

"Es importante que hagamos que nuestros hijos se sientan seguros de sí mismos y darles las herramientas para que puedan mantenerse fieles a lo que realmente quieren y no a lo que la sociedad les ofrece mediante distintos canales como realities, porno o lo que ha hecho una amiga", comenta.

Recomendaciones por edad

2-4 años: configuran su identidad sexual. A los 4 años, los niños tienen curiosidad por su cuerpo y el de los otros niños. En la escuela trabajan la anatomía y es importante que los padres expresen de manera natural términos como "pene" y "vulva" para normalizar el diálogo.

4-6 años: edad en la que se enmarcan los roles de género. Importante no estereotipar comportamientos y dejar que los niños exploren y jueguen con todo tipo de juguetes.

5-8 años: definen su orientación sexual. Aparecen las primeras bromas y descubren la feminidad o masculinidad a través del juego. Es clave no escandalizarse ante preguntas como ¿Soy una marimacho por jugar a futbol?, ¿Puedo tener más de un novio/a? Lo correcto es responder siempre de manera tranquila y natural. Es también un buen momento para ir explicándoles los cambios que se producirán en su cuerpo en un tiempo. Les ayuda a irse preparando ya que, en muchos casos, a partir de los 7 años puede comenzar la pre-pubertad.

9-12 años: aparece la necesidad de tener intimidad con los amigos y empiezan a autoestimularse conscientemente. Es la época en la que surgen los primeros enamoramientos y, en este sentido,  hay que tener en cuenta que a nivel físico-químico el cerebro funciona igual a los 12, que a los 40 años. Cabe tomarse en serio sus emociones, mantenerse comprensivo y acompañarles en todo este proceso de cambio hormonal y físico.

Desde los 12 años: edad adulta. Es básico tener la máxima comunicación con los hijos. Entre otros, hay que empezar a hablar de anticonceptivos y de relaciones de pareja saludables. Si se han seguido las pautas, los hijos verán a los padres como un referente ante cualquier conflicto.

5 (buenos) consejos para mantener conversaciones de sexo con los hijos

  • Ayudar a que nuestros hijos reconozcan sus emociones y sentimientos. María Hernando recomienda Emocionarium, un libro para trabajar emociones con niños de todas las edades. Es siempre aconsejable –sobre todo con los más pequeños– utilizar recursos creados por profesionales como libros, manuales específicos y películas.
  • Emplear las ocasiones que surgen para ir dando la información que necesitan y les cause interés. Es muy importante la relación familia-escuela para ir en la misma línea. Además, se pueden aprovechar los momentos a solas, en un ambiente de confianza, para sacar el tema sabiendo que se dispone del tiempo suficiente para resolver sus dudas.
  • Ver cuál es su conocimiento previo sobre los conceptos para poder adecuar nuestras respuestas. Con la televisión, los niños tienen más información de la que pensamos pero no significa que sea correcta. Es importante escucharles sinceramente y darles confianza para que formulen todas las preguntas que les inquieten.
  • Hablar siempre con la terminología correcta, con sinceridad y no contar mentiras para evadir el tema. Terminar cualquier conversación con: ¿Tienes alguna duda de lo que hemos hablado?, ¿Te ha sido útil la conversación?, ¿Qué piensas al respecto? Agradecerles la confianza en nosotros, reconocer su papel y el mérito de querer estar informados y dejarles claro que siempre los escucharemos sin juzgarles.
  • Más allá del tema físico. Hay que abordar la sexualidad desde todos los niveles implicados: biológico, emocional y relacional, para que no se queden únicamente en la genitalidad.

Hernando subraya que "un importante mensaje a trasladar es que las relaciones reales se construyen con amor, comunicación y respeto hacia la pareja. El sexo es en definitiva una herramienta que nos permite obtener placer y comunicarnos de una forma más íntima",  concluye.

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