El dolor neuropático - consecuencia de un funcionamiento anormal del sistema nervioso somatosensorial - afecta entre un 7% y 10% de la población general europea y hasta un 16% de la española, existiendo en el ámbito laboral una serie de factores de riesgo que pueden desencadenarlo o agravarlo. Es por ello que Grünenthal ha colaborado con la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT) en la elaboración de la guía `El dolor neuropático en salud laboral´.
Este documento con un enfoque preventivo tiene, entre otros, el objetivo de "facilitar la reincorporación de los trabajadores que padecen dolor neuropático de forma crónica dentro del ámbito laboral", subraya la Dra. Teófila Vicente Herrero, especialista en Medicina del Trabajo y coordinadora del proyecto, quien añade que "el documento ha sido diseñado pensando en las implicaciones y en el impacto del dolor que padecen los trabajadores en activo, especialmente en puestos de trabajo con riesgos específicos".
La especialista subraya también la importancia de los procesos post-traumáticos o postquirúrgicos relacionados con accidentes de trabajo (5-6% de población general de entre 18 y 65 años), y en los casos de dolor neuropático por patologías producidas en el entorno laboral como consecuencia de manipulación de cargas, movimientos repetitivos o posturas forzadas, entre las que destacan, por ejemplo, las que afectan al túnel carpiano o atrapamiento del nervio en las correderas anatómicas de los codos, las manos, hombros, muslos o pies.
"Hablamos de una serie de consecuencias que no solo se miden en términos de calidad de vida para los pacientes sino, que además, acarrean determinados costes para las empresas imposibles de cuantificar", enfatiza Vicente Herrero, quien señala como ejemplo las patologías de la columna lumbar "que en los últimos años han supuesto una de las principales causas de pérdidas de jornadas laborales".
El primer paso para actuar sobre las causas "directas o indirectas" de dolor neuropático, es establecer el origen – físico, químico o biológico- de la lesión del nervio dentro de los factores de riesgo laborales, así como poner en marcha un protocolo de actuación y tratamiento específico para cada paciente.
Desde la AEEMT remarcan "la necesidad" de formación en esta materia dentro del sector sanitario. "Para nosotros resulta importante tener buena información acerca de qué es dolor neuropático, cómo se diagnostica, cómo se trata y cómo podemos realizar un seguimiento y control de forma coordinada con otras áreas", insiste Vicente Herrero. "Todo ello - sostiene- con el propósito de conseguir que la repercusión sea mínima en el mundo del trabajo y en la sociedad: accidentes laborales, productividad, conflictividad laboral, bajas y pérdidas de días de trabajo, entre otras".
Los especialistas en medicina del trabajo apuntan a la necesidad de que "profesionales de otros campos sanitarios también sean conocedores de lo que se puede hacer desde el ámbito laboral y actuar conjuntamente para que la afectación que el dolor neuropático tiene para el paciente y su entorno sea minimizada". Asimismo, insisten en que "la falta de información acerca del control de la patología o el hecho de no considerar simultáneamente los efectos adversos de la medicación, pueden dificultar una actuación preventiva y evitar o reducir los riesgos que ya implica per se el propio dolor".
Recuerdan, además, que la prevalencia de dolor neuropático asociado a radiculopatía (lesión que afecta a los nervios que parten de la columna vertebral) podría situarse entre un 37% y un 40% de la población general y afectar a los comprendidos en edad laboral, entre 18 y 65 años. Destacan también una tasa alta, de entre el 25-40% de la población general, con patologías crónicas como la diabetes o el cáncer y con "síntomas importantes en forma de dolor neuropático dentro de sus complicaciones evolutivas".
Para la doctora "la solución es llevar a cabo, en primer lugar, una vigilancia de la salud del paciente/trabajador desde su incorporación a la empresa y reconocimientos específicos de manera periódica en función de los riesgos del puesto, y ante la aparición de nuevos síntomas o empeoramiento del dolor. Es especialmente idóneo en el seguimiento de pacientes con patologías crónicas, como las relacionadas con dolor neuropático, el concepto de `especial sensibilidad´ cuando el paciente que trabaja, por sus condiciones físicas o psicológicas derivadas del dolor neuropático o de los efectos adversos de sus terapias se encuentra mermado en sus capacidades laborales".
La Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo hace referencia al trabajo conjunto como el "gran reto", que permitirá conseguir una "gran rentabilidad en el futuro desde el punto de vista sanitario y social". Contar con protocolos coordinados permitirá un mejor funcionamiento socio-sanitario, reducir los costes directos e indirectos y mejorar el impacto que tiene esta patología, tanto en las personas afectadas, como dentro de nuestra propia sociedad".