Hoy en día, se estima que el 31% de las mujeres españolas de entre 16 y 24 años son fumadoras, frente al 25% de los hombres. Existen diferencias fundamentales entre las mujeres y los hombres a la hora de hablar de las motivaciones que les empujan a empezar, mantener y abandonar el consumo de tabaco.
En este sentido, la Dra. Isabel Nerín de la Puerta, responsable de la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Zaragoza, afirma que "las mujeres siguen asociando fumar como un acto de libertad y consideran que les aporta beneficios relacionados con el control del peso y las emociones negativas".
Por otro lado, la experta insiste en la importancia de concienciar a las mujeres sobre su situación real frente al tabaco, ya que se tiende a pensar que la población femenina presenta una menor sensibilidad a sus efectos nocivos en comparación con los hombres.
Según explica la Dra. de la Puerta, "hasta ahora, han sido los hombres los que más han sufrido las consecuencias de fumar, simplemente porque empezaron antes, y por eso las mujeres se consideran a sí mismas de bajo riesgo en relación con el consumo de tabaco". Sin embargo, ambos sexos están igual de expuestos a sufrir las consecuencias del tabaco.
En concreto, el tabaco tiene gran influencia en la salud sexual y reproductiva en sus distintas etapas de la vida. En las mujeres que toman anticonceptivos orales, el tabaco aumenta el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular y produce menopausia precoz.
Además, las mujeres que fuman durante el embarazo incrementan la posibilidad de tener complicaciones que provoquen un parto prematuro. Las consecuencias negativas del tabaco no son solo para la mujer, también tiene importantes efectos negativos en la salud del feto y del bebé.