El conflicto entre Ucrania y Rusia y el cambio climático pueden provocar una nueva ola de trastornos de salud mental en los próximos meses

Se estima que el 22,1% de las personas desarrollen un trastorno mental en situaciones de conflicto

El conflicto en Ucrania y el impacto del cambio climático serán algunos de los factores clave del aumento de los trastornos de salud mental en Europa, según las conclusiones del último informe de Headway: "Una nueva hoja de ruta en salud mental", presentado hoy por The European House - Ambrosetti, un think tank italiano, en colaboración con Angelini Pharma.

El informe compara la situación de la salud mental en 28 países europeos, utilizando 55 indicadores clave de rendimiento (KPI), y pone de relieve las marcadas diferencias en la forma en que los países abordan estos problemas y apoyan a sus habitantes. Siguiendo la tendencia refrendada por los resultados de 2021, los países del norte de Europa suelen alcanzar una mejor puntuación en el Índice, mientras que Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia se encuentran entre los que obtienen las puntuaciones globales más bajas.

Por primera vez desde que se puso en marcha la iniciativa en 2017, el Índice de Salud Mental examina específicamente el impacto de los factores ambientales sobre la salud mental y, por tanto, pone de relieve el desastroso efecto de cuestiones como el cambio climático, los conflictos bélicos y la migración. Los factores ambientales son una categoría recientemente enmarcada en la salud mental que incorpora todas las condiciones externas que afectan a la vida, el desarrollo y la supervivencia de una persona. El análisis de estos factores de la salud mental muestra que Dinamarca, Finlandia, Suecia, Estonia e Irlanda tienen una situación buena en comparación con los países de Europa del Este y del Sur, que todavía tienen trabajo que hacer para abordar estos factores de la salud, siendo Rumanía, Bulgaria y Grecia los que tienen condiciones ambientales menos favorables.

"Este informe vuelve a centrar la atención internacional en la importancia de la influencia medioambiental en la salud mental, desde el cambio climático, la recesión económica o las crisis geopolíticas hasta la guerra en Ucrania", ha declarado Pierluigi Antonelli, director general del mencionado laboratorio farmaceútico. "Los trastornos mentales siguen imponiendo una enorme carga social y económica a las comunidades. Los datos del Índice de Salud Mental 2.0 muestran que en 2030 los trastornos mentales representarán más de la mitad de la carga económica mundial debida a las enfermedades no transmisibles, por lo que debemos actuar ya".

Los factores ambientales afectan a los individuos de forma diferente

Aunque se ha documentado que el cambio climático afecta a los resultados de la salud mental de forma similar en las distintas poblaciones, el Índice sostiene que afectará a los individuos de forma diferente. Se espera que los más afectados sean los jóvenes y los indígenas, así como los que viven con vulnerabilidades preexistentes, con deficiencias cognitivas o de movilidad, o los que viven en situaciones de pobreza. El Índice describe que el impacto contempla un aumento de la mortalidad, comportamientos impulsivos y agresivos y mayores tasas de suicidio. Además, revela que factores hasta ahora poco discutidos, como un aumento de la temperatura media mensual de un grado, se asocian a un aumento del 0,48% de las visitas a los servicios de urgencias de salud mental y a un aumento del 0,35% de los suicidios.

En cuanto al impacto de los conflictos y la migración, el Índice revela que se estima que el 22,1% de las personas desarrollan un trastorno mental en situaciones de conflicto: 13% formas leves de depresión, ansiedad y Trastorno de Estrés postraumático (TEPT); 4% formas más moderadas; 5,1% depresión y ansiedad graves, esquizofrenia y trastorno bipolar. Después del conflicto, aproximadamente una de cada cinco personas sigue luchando contra la depresión, los trastornos de ansiedad, el Trastorno de Estrés postraumático TEPT, los trastornos bipolares y la esquizofrenia. Con 27 conflictos en curso en todo el mundo y 68,6 millones de personas desplazadas según las Naciones Unidas, atender las necesidades de salud mental de las personas afectadas por los conflictos y la migración es una prioridad urgente.

El efecto continuado de la pandemia

La pandemia de COVID-19 provocó un empeoramiento sin precedentes de la salud mental, con afecciones como el trastorno de ansiedad y el trastorno depresivo mayor, que aumentaron en más de un 25% a nivel mundial. Tal y como se describe en el informe, esto se debe a que el 19% de los pacientes no pudo acceder a los servicios de salud mental y el 52% experimentó un empeoramiento de su estado durante la pandemia. La pandemia también ha tenido un profundo impacto en quienes trabajan en el sector sanitario: un mayor riesgo de infección, jornadas laborales más largas y una elevada carga de pacientes han contribuido a que los profesionales sanitarios experimenten niveles de ansiedad (13% frente al 8,5%) y depresión (12,2% frente al 9,5%) mucho más elevados que los de otras profesiones.

"Queda mucho por hacer para apoyar la salud mental de los pacientes y de los profesionales sanitarios tras la pandemia de la COVID-19", dijo Hilkka Kärkkäinen, presidente de GAMIAN Europa. "La salud mental y la salud física están inevitablemente unidas y, dado que la COVID-19 ha cambiado la forma en que vemos y accedemos a la asistencia sanitaria, el apoyo a la salud mental, al igual que a la asistencia sanitaria física, se ha convertido en una prioridad".

Enormes diferencias en la preparación de los países para abordar la salud mental

El Índice destaca además las capacidades clave de los sistemas sanitarios para mejorar o mantener los resultados de la salud mental en el futuro. Aunque los datos siguen revelando una diferencia significativa en las estrategias, políticas y legislación en materia de salud mental y existen grandes variaciones en el gasto sanitario entre los países europeos (por ejemplo, Francia 14,5% frente a Luxemburgo 1%), se están produciendo avances con un aumento de los centros de salud mental ambulatorios de 3,9 a 9,1 por cada 100.000 habitantes.

"El Índice de Salud Mental de Headway monitoriza diferentes aspectos de la salud mental proporcionando una herramienta completa y dinámica para el seguimiento y la planificación de las políticas sanitarias, asistenciales, educativas y medioambientales en materia de salud mental en todos los países europeos", ha declarado Daniela Bianco, socia y directora de la práctica de salud de The European House - Ambrosetti. "Puede considerarse como una brújula para que los responsables políticos afronten los retos de hoy y de mañana, mejorando el apoyo a la salud mental de las personas y sus familias con el fin de garantizar el bienestar, la inclusión, la cohesión social, la sostenibilidad y el crecimiento de nuestras sociedades."

Mejora del apoyo en los lugares de trabajo, las escuelas y la sociedad en general

Un último aspecto del Índice se refiere a la capacidad de respuesta de los Estados miembros a las necesidades de las personas con trastornos de salud mental en los lugares de trabajo, las escuelas y la sociedad. Los trastornos mentales afectan aproximadamente al 20% de la población en edad de trabajar, y la tasa de desempleo de las personas afectadas por una enfermedad mental es un 7,7% superior a la de las que no padecen dicha enfermedad. El coste global relacionado con las enfermedades mentales en Europa asciende al 4% del PIB europeo total (más de 600.000 millones de euros), que puede haber aumentado aún más desde el brote de COVID-19. Como dato positivo, más del 45% de los países europeos ya han puesto en marcha programas de prevención y promoción de la salud mental relacionados con el trabajo y el 68% de los países europeos han puesto en marcha una estrategia o un programa nacional centrado en la promoción y la prevención de la salud mental para niños y adolescentes.

"En la época de incertidumbre en la que vivimos, los jóvenes están cada vez más expuestos a miedos y preocupaciones, a menudo con consecuencias negativas para su salud mental. Baste decir que una persona nacida a principios de la década de 2000 ya ha pasado por una gran recesión y sus posteriores medidas de austeridad, una pandemia mundial, conflictos geopolíticos, una crisis del coste de la vida y un mundo que se enfrenta a la magnitud del cambio climático y la degradación del medio ambiente. Para garantizar un futuro saludable para la parte más joven de la población europea, una estrategia de salud mental de la UE debe implicar y comprometer a todos los actores y sectores relevantes. Este enfoque multifacético no sólo sería más eficaz, sino que también sería más inclusivo y llegaría a los grupos de jóvenes más vulnerables o marginados", dijo el eurodiputado Brando Benifei, miembro de la Alianza por la Salud Mental del Parlamento Europeo.

Por su parte, Olga Insua, directora general de Angelini Pharma España, ha asegurado que "un año más las conclusiones del informe Headway han puesto de manifiesto las importantes carencias del sistema de atención a la salud mental en Europa y la entrada en juego de nuevas variables ambientales y sociales que, aunque conviven con nosotros desde hace varias décadas, a partir de este momento, podrían tener consecuencias irreversibles. Para contener su impacto, todos los agentes involucrados en la agenda de salud pública europea tendremos que estrechar lazos para trabajar conjuntamente en la definición de una estrategia común. Una situación que sin duda supondrá un desafío y a la vez una oportunidad para mejorar y adaptar los servicios y políticas de salud mental en función de las necesidades actuales".

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