El Hospital de Torrevieja (Alicante) organiza talleres que permiten a los pacientes con problemas de voz mejorar su técnica vocal. Además, en aquellos pacientes a los que se les ha extirpado la laringe por un cáncer, estos talleres les enseñan diversas técnicas que les ayudan a dotarles de las herramientas necesarias para facilitarles la comunicación.
Los pacientes con problemas de voz reciben un diagnóstico por parte del otorrinolaringólogo en el marco de un trabajo multidisciplinar, una vez identificada su patología. Posteriormente, cada paciente es derivado de manera individualizada al tratamiento que mejor se adapte a su caso (médico, logopédico, quirúrgico, psicológico, etc.). Tras el informe médico, una primera visita con el logopeda permite valorar y planificar las sesiones de trabajo de aquellos pacientes que requerirán un tratamiento común.
Las patologías atendidas más frecuentes entre la población de este centro hospitalario son principalmente disfonías, así como otras patología como ictus, retrasos del lenguaje y dislalias.
Los pacientes con problemas de disfonías funcionales (inadecuada técnica en el uso de la voz), hiatos o nódulos en las cuerdas vocales deben aprender la respiración abdominal y ejercicios vocales. Además, deben interiorizar buenos hábitos y pautas de higiene que les permitan utilizar la voz de una manera adecuada, mejorando su forma de hablar. Para la mayoría de estos pacientes, el tratamiento logopédico es el tratamiento de elección. De forma excepcional, algunos casos pueden requerir tratamiento quirúrgico.
Por otro lado, los pacientes a los que se les ha realizado una laringectomía total se enfrentan a una nueva situación fisiológica condicionada por la extracción de la laringe, lo que conlleva una desconexión entre el aparato respiratorio y el digestivo, pasando el aire directamente a la tráquea a través de la cánula de traqueotomía.
La laringectomía supone un gran impacto para los pacientes, debido a las consecuencias de la intervención y de la enfermedad, no solo en la imagen corporal y en la comunicación, sino también en aspectos emocionales como el incremento de la ansiedad y la depresión.