Según los resultados de un estudio realizado por expertos de ocho países europeos y publicado en la revista Public Health Nutrition, los padres con menos estudios dan a sus hijos más alimentos ricos en azúcares y grasas que los que poseen un nivel educativo superior. Estos últimos suelen ofrecer a sus hijos más productos de alta calidad nutricional, como verduras, frutas, pan integral, pasta y arroz.
Según ha explicado Juan Miguel Fernández Alvira, autor del trabajo, "las mayores diferencias entre familias de distintos niveles educativos se observaron en el consumo de frutas, verduras y bebidas azucaradas". En consecuencia, el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad es más alto en los niños procedentes de estratos socioculturales menos favorecidos.
Los expertos en nutrición afirman que la dieta de los pequeños de la casa debe incluir cereales, frutas y verduras, productos lácteos, carnes magras, pescado, aves, huevos y frutos secos. Además, recomiendan que los padres ofrezcan a sus hijos una amplia variedad de alimentos y que eviten usar la comida como un método para premiar o castigar un comportamiento determinado.