El riesgo de padecer demencia es un 45% más alto entre las personas fumadoras

El informe World Alzheimer Report 2014, elaborado por la Alzheimer's Disease International (ADI), con el apoyo de Bupa, señala además la relación causal entre la demencia y factores de riesgo como la hipertensión, los niveles de educación bajos o una estimulación cognitiva limitada.
Actualmente la demencia afecta a casi un millón de personas en España y 44 millones en todo el mundo. La cifra no deja de aumentar y se espera que de aquí a 2050 se habrá triplicado.
Sanitas subraya de nuevo la necesidad de poner en marcha un Plan Nacional que aborde la enfermedad de manera global y aporte una solución integral.
Conseguir retrasar la aparición de los primeros síntomas clínicos de la demencia una media de cinco años contribuiría a reducir su prevalencia en un 50%.

La demencia y otras enfermedades asociadas, como el Alzheimer, han alcanzado ya carácter de epidemia global. Cerca de un millón de personas sufren este problema en España, 44 millones a nivel mundial, y la cifra no deja de aumentar. Cada cuatro segundos se produce un caso nuevo en el mundo, lo que significa que para 2030 el número de afectados por la demencia se habrá duplicado y llegará a multiplicarse por tres en 2050.

Por este motivo, coincidiendo con el Día Mundial del Alzheimer, que se celebró el pasado domingo 21 de septiembre, desde Sanitas se quiere reivindicar el papel que juega la prevención en la manera de abordar y tratar el problema. Pedro Cano, responsable del programa de Demencia de Sanitas, explica que, aunque las enfermedades relacionadas con el deterioro cognitivo no se pueden prevenir completamente, existe una serie de hábitos sencillos que pueden ayudar a mejorar la salud cerebral favoreciendo la entrada en la tercera edad con un cerebro más desarrollado y sano.

Según la última edición del World Alzheimer Report publicado esta semana por la Alzheimer's Disease International (ADI), con el apoyo de Bupa –matriz internacional de Sanitas, conseguir retrasar la aparición de los primeros síntomas clínicos de la demencia una media de cinco años contribuiría a reducir su prevalencia en un 50%.

Con este fin, el informe se centra en analizar críticamente varias investigaciones recientes llevadas a cabo con el objetivo de establecer la existencia de una vinculación causal entre la aparición de la demencia y diversos factores de riesgo modificables, es decir, aquellos que al alterarse positivamente reducen el riesgo de padecer el problema en cuestión. Estos factores incluyen aspectos relacionados con el desarrollo (como la educación o la vivencia de experiencias traumáticas durante la infancia), elementos de carácter psicológico y psicosocial (depresiones, ansiedad, estrés), otros relacionados con el estilo de vida (consumo de tabaco y alcohol, actividad física…) y enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, la obesidad, el colesterol o la diabetes.

El informe concluye que un acceso limitado a la educación, la enfermedad de la diabetes, el tabaquismo o la hipertensión, son los aspectos que presentan una mayor relación causal con la aparición de la demencia. De hecho, según la Organización Mundial del Corazón los fumadores tienen un 45% más de posibilidades de sufrir problemas de deterioro cognitivo que aquellos que no lo son. Asimismo, varios estudios apuntan también a que podría existir una relación inversa entre el hecho de mantener una alta actividad física y mental y la propia enfermedad.

Otra de las conclusiones arrojadas por el informe es que estos factores de riesgo pueden comenzar a influir en la capacidad mental y cognitiva de la persona décadas antes de que los primeros síntomas de la enfermedad se manifiesten. Y es que su incidencia varía en función de las diferentes etapas de la vida. Así, el acceso a la educación juega un papel fundamental durante los primeros años, mientras que el hecho de padecer hipertensión resulta crítico durante la edad adulta. La diabetes y el tabaquismo, sin embargo, mantienen el mismo nivel de influencia en todas las etapas.

Por ello, Sanitas ha elaborado una serie de consejos y  pautas que pueden ayudar a evitar estos problemas y, por lo tanto, a contener la incidencia de la demencia. Cuidar el corazón, con un estilo de vida saludable y tratando a tiempo determinadas afecciones, mantenerse activo físicamente, seguir una dieta equilibrada o disfrutar de la vida social son algunas de las pautas que pueden ayudarnos a prevenir los problemas de deterioro cognitivo. A ello contribuye también el mantenimiento de una elevada actividad mental, lo cual está directamente relacionado con una menor disminución del hipocampo, una parte del cerebro fundamental para la memoria que suele ser una de las primeras en verse afectadas por el Alzheimer.

Pedro Cano también subraya que cada vez hay una mayor conciencia en la sociedad de que este es un problema en aumento, que afecta cada vez a más personas y al que hay que poner solución. De hecho, el  93% de los españoles dice estar preocupado por la posibilidad de desarrollar demencia en un futuro, según una encuesta elaborada por Bupa. Sin embargo, no basta con la concienciación. El propio Pedro Cano reclama la necesidad de crear programas nacionales que aborden el problema del deterioro cognitivo desde un ángulo integral. "Se trata de una enfermedad que influye sobre diversos aspectos de la sociedad, como la salud, la economía, las relaciones interpersonales…. Si no se abarca de una manera global, las soluciones que se aportan acaban quedando completamente sesgadas", añade.

Sanitas, a través de su división Sanitas Residencial, es uno de los grupos de atención a mayores líderes en España. Cuenta con un desarrollado Programa de Atención a Personas con Demencia, puesto en marcha hace cuatro años con el objetivo ofrecer un trato personalizado a los residentes que padezcan algún tipo de demencia a través de cuatro pilares básicos: la especialización para técnicos asistenciales, mejoras en el entorno y continuidad en los cuidados y actividades adaptadas.

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