Entre un 15% y un 18% de las parejas españolas tienen problemas de esterilidad, las principales razones son el retraso en el acceso a la primera maternidad y el descenso de la calidad espermática.
El número de parejas que acceden a técnicas de fecundación asistida para poder tener un hijo aumenta cada año y desde el logro científico obtenido en 1978 con el primer bebé probeta, Louise Brown, la técnica in vitro ha traído al mundo miles de niños.
Esto es así debido al aumento de la infertilidad que se produce de forma paralela al retraso de la maternidad en los países occidentales. El acceso de las mujeres al trabajo y el deseo de desarrollar una vida profesional plena ha planteado nuevos retos a la Medicina ya que las parejas se plantean la maternidad a edades más tardías que pueden rozar la cuarentena, cuando la fertilidad comienza a ser un problema muy frecuente.
Una vez superadas las dos grandes complicaciones de la técnica in vitro, como son el embarazo múltiple y el síndrome de hiperestimulación, este tipo de técnica es la mejor opción para muchos padres. En la actualidad, la tendencia es implantar un solo embrión en lugar de dos, obteniéndose resultados excelentes con esta técnica.
La preservación de la fertilidad de las personas jóvenes mediante la congelación de los óvulos o del esperma constituye una técnica complementaria a la fecundación in vitro que garantiza a los padres unas células reproductoras de la mejor calidad sin tener que acceder a las donaciones. Efectivamente, los óvulos comienzan a deteriorase a partir de los 36 años de edad y el descenso de la calidad espermática, entre el 40% y el 45%, es una de las causas de esterilidad de origen masculino.
Finalmente, es necesario recalcar que nuestro país es puntero en el desarrollo de técnicas de reproducción humana y es un referente a nivel mundial.