Según informa Nascia, gabinete especializado en el tratamiento de problemas de estrés y ansiedad, Julio es el mes con mayor número de pacientes que utilizan el biofeedback para tratar la ansiedad y el estrés. Los tratamientos crecen cerca del 30% respecto a meses precedentes.
El biofeedback es una técnica que permite controlar las funciones fisiológicas del organismo para mejorar la salud y el rendimiento. Consiste en el uso de sensores que miden la actividad fisiológica como ondas cerebrales, función cardíaca, respiración, actividad muscular y temperatura de la piel. Esta información es mostrada en tiempo real al paciente, que mediante pautas de su entrenador o terapeuta junto con el apoyo de un software exclusivo, entrena conscientemente para controlar dichas respuestas fisiológicas, y posteriormente automatizar e interiorizar dicho control para extenderlo a todos los aspectos de su vida diaria. Hoy en día, las principales aplicaciones están relacionadas con la mejora de la salud o el rendimiento en el caso de deportistas. En éste último caso, es una práctica cada vez más extendida.
La ansiedad o el estrés tienen un componente psicológico y otro fisiológico. El biofeedback prioriza el tratamiento de los síntomas fisiológicos para posteriormente incidir en el componente psicofisiológico.
Pablo Muñoz Gacto, Director de los centros Nascia, en los que se utiliza esta técnica como base de los tratamientos, considera el biofeedback como "una técnica objetiva basada en el entrenamiento de las funciones fisiológicas del organismo. Respirar correctamente, con la cadencia adecuada, controlar el ritmo cardíaco o la tensión muscular elimina los síntomas y nos permite recuperar el control y superar los estados excesivos de activación, estrés y ansiedad. La tecnología nos ayuda a acelerar y consolidar el proceso, combinando el tratamiento con una serie de técnicas que incluso desde casa son capaces de llevarse a cabo", comenta.
Con el biofeedback se pueden tratar muchos trastornos de todo tipo, no únicamente asociados al estrés o la ansiedad. Parálisis faciales, bruxismo, problemas de incontinencia, apoyo terapéutico en tratamientos de cáncer o insomnio, entre otros.