Según indica un estudio del Hospital Infantil y el Centro de Investigación de Oakland en California (Estados Unidos), dado a conocer en las sesiones científicas 2011 de la Asociación Americana del Corazón, una dieta de baja calidad podría relacionarse con las anomalías metabólicas en los niños obesos. Estas anomalías metabólicas sugieren que el proceso de desarrollar enfermedad cardiaca ya ha comenzado en estos niños.
Las dietas de los niños obesos y de peso normal participantes en el estudio incluían cantidades similares de cereales, proteínas, grasas y calorías. Sin embargo, los niños obesos tomaban menos raciones diarias de productos lácteos y tendían a consumir menos frutas, lo que implicaba que sus dietas eran más bajas en potasio, vitamina C, D y A.
Los autores de este trabajo indican que aunque los adolescentes obesos pueden sentirse sanos, las pruebas de sangre muestran que tienen inflamación en su organismo, resistencia a la insulina y altos niveles de homocisteína.
Los niños obesos consumen pocas frutas y vegetales, que son fuentes naturales de antioxidantes. Dada la inflamación asociada con su sobrepeso los requerimientos de antioxidantes son mayores en estos casos. La dieta adecuada para los menores obesos no es solo una dieta con menor consumo de calorías sino que debe ser una dieta de mayor calidad que incluya todos los nutrientes necesarios.