La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por la disminución de la masa y la calidad ósea que reduce la resistencia de los huesos. Estos se vuelven más frágiles y se rompen con más facilidad. Uno de los tipos más comunes de fractura como consecuencia de esta enfermedad es el de cadera, de la que se estima una mortalidad del 30% al año de producirse.
En la actualidad, los expertos disponen de un mecanismo para medir el riesgo de fractura de los pacientes a diez años, denominado FRAX y, en función de ello, establecer el tratamiento más adecuado. Sin embargo, tal y como señala el coordinador del Grupo de Osteoporosis de la SEMI, el doctor José Luis Pérez Castrillón, "la herramienta FRAX no está adecuadamente validada para la población española e infravalora el riesgo de fractura mayor osteoporótica. Sin embargo, esta herramienta mide mejor, en población española, el riesgo de fractura de cadera, ya que se dispone de estudios epidemiológicos más completos".
Con el objetivo de debatir sobre esta cuestión y otros aspectos relacionados con la osteoporosis, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) celebra mañana la XI Reunión de Osteoporosis, en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, a la que asisten cerca de 100 internistas. "La osteoporosis es una enfermedad clínicamente silenciosa que solo se manifiesta cuando aparecen las fracturas, por lo que es importante darle visibilidad y que la población conozca sus causas y consecuencias", comenta el doctor José Luis Pérez Castrillón.
De hecho, esta enfermedad tiene una alta prevalencia en España, afectando a más de dos millones de mujeres y alrededor de 750.000 hombres. "Aunque los varones están menos expuestos a ella, si padecen esta patología lo hacen de forma más grave. En ellos es esencial identificar la posible causa de la enfermedad, que puede deberse a problemas de alcoholismo, hipercalciuria o hipogonadismo", indica el especialista.
Líneas de investigación e importancia del factor genético
El estudio de factores genéticos es esencial para obtener un mayor conocimiento sobre la osteoporosis, ya que la masa ósea de una persona está determinada en un 90% por cuestiones genéticas. "Gracias a los genes podemos identificar a personas con mayor probabilidad de padecer esta enfermedad, puesto que diversos polimorfismos se han asociado a una menor masa ósea y mayor cantidad de fracturas", explica el doctor.
Otro campo de investigación actual se centra en buscar nuevas dianas terapéuticas a través de mecanismos bioquímicos y celulares que intervienen en el desarrollo de la osteoporosis. Los expertos también están poniendo especial interés en el estudio de la calidad ósea de los pacientes para poder desarrollar mejores métodos diagnósticos, así como en el análisis de nuevos fármacos que permitan optimizar el tratamiento de la enfermedad.
Además, en las líneas de investigación en marcha también es importante la relación de la osteoporosis con otras patologías. Un ejemplo de ello son las enfermedades cardiovasculares que, al igual que la osteoporosis, son enfermedades silenciosas, que se manifiestan solo cuando aparecen las complicaciones. "La relación entre ambas patologías es bidireccional, ya que la calcificación del hueso pueden contribuir también a la calcificación de los vasos sanguíneos, y la presencia de factores de riesgo vascular incrementan la probabilidad de padecer una osteoporosis", afirma el experto.
Estudios de la SEMI
En el encuentro sirve de puesta en común de la plataforma OSTEOMED, un registro en el que se incluyen pacientes con osteoporosis de los servicios de Medicina Interna de toda España. El objetivo principal de este estudio es recoger gran número de datos y variables para realizar un análisis posterior que permita aplicarlos al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la enfermedad.
El Grupo de Osteoporosis de la SEMI cuenta con otros dos proyectos en marcha. Uno de ellos es el Estudio DEGAUS, centrado en la presencia de la osteoporosis en la Enfermedad de Gaucher, y otro sobre las "vacaciones terapéuticas", que consisten en dejar de tomar la medicación indicada una vez alcanzado un determinado objetivo terapéutico. Precisamente, este tema es uno de los más debatidos por los expertos actualmente.
El concepto de vacaciones terapéuticas surge por las complicaciones derivadas del uso de algunos fármacos como los bifosfonatos durante periodos prolongados de tiempo. "Estas vacaciones solo pueden realizarse con los bifosfonatos, ya que son fármacos que tiene un efecto residual. De ellos pueden resultar efectos adversos graves, aunque poco frecuentes, por lo que algunos autores proponen la interrupción temporal del tratamiento como posible solución, aunque sigue siendo muy debatida", concluye el doctor Pérez Castrillón.