La aparición de alteraciones, como cansancio, desánimo, apatía y astenia, nos visitan cada año cuando cambia la estación y llega la primavera, apareciendo nuevas condiciones de luz, de temperatura, de presión atmosférica, de cambios de humedad, además de producirse cambios horarios.
Los niños y los ancianos son los primeros en notarlo, pero muchos adultos acusan también estas variaciones que se deben a la disminución de unas sustancias del organismo que regulan el sistema de bienestar y malestar, según las últimas teorías al respecto.
Se trata de trastornos temporales que no superan los 30 días y que son muy frecuentes en la población general y que tienen repercusión en la salud física, emocional y mental, alterando el sistema inmunológico y endocrino, haciendo a la persona más propensa a sufrir infecciones.
Los síntomas más frecuentes son sensación de desánimo, tristeza inexplicable, tono vital bajo, ausencia de interés sexual, dolores y malestar en general. Cualquier esfuerzo físico o tarea psíquica suponen un gran gasto de energía que agota al paciente.
No existe tratamiento específico para curar la astenia primaveral que, más que una enfermedad, es un síntoma, pero los medicamentos homeopáticos pueden ayudar al cuerpo y a la mente a amoldarse a esta transición de estaciones para que se adapte mejor a estos cambios.
Se aconsejan hábitos de vida saludables, una alimentación sana y equilibrada, y realizar ejercicio suave con frecuencia. En cuanto a los medicamentos homeopáticos, el médico siempre debe individualizar el tratamiento según las características particulares de cada paciente.