Federópticos recomienda realizar anualmente un análisis visual profundo

La "vuelta al cole" es el momento idóneo para revisar a fondo la vista de nuestros hijos

No basta con una revisión rutinaria, es necesario un examen completo anual para detectar todas las posibles anomalías
Uno de cada dos niños que necesitan gafas no están diagnosticados.
Casi tres de cada cuatro casos de fracaso escolar están asociados a un problema de visión.

En pocos días los niños estarán de vuelta en el colegio y comenzarán un nuevo curso. Para Federópticos, este es un momento idóneo para revisar a fondo la salud visual de los niños, ya que su correcto desarrollo escolar depende directamente de un   funcionamiento óptimo del sistema visual. Un elevado porcentaje de los casos de fracaso escolar, en torno al 75%, están asociados a problemas visuales.

Hay que ir más allá de un examen rutinario. Para Eduardo Ladrón de Guevara, director del Instituto Federópticos, "si sólo se realizan pruebas rutinarias de control de salud visual, se pueden pasar por alto hasta un 60% de las anomalías. Los exámenes visuales que se realizan en los colegios sólo abarcan un 5% de los problemas visuales y es necesario poder detectar la globalidad". Principalmente estas pruebas se basan en la agudeza visual en visión lejana, dejando así, muchas áreas sin valorar.

Realizar un examen completo de la vista

Solo el 27% de las revisiones que se realizan en España corresponden a menores de entre 5 y 10 años, cifra muy baja que indica que los reconocimientos se inician tarde, dejando pasar edades en las que el esfuerzo visual requerido es importante. En esta franja de edad la hipermetropía representa un 75% de la población.

Federópticos recomienda realizar un examen optométrico completo, y no rutinario, para poder detectar así el 100% de los posibles problemas visuales. Este examen debe ser anual y el momento perfecto es antes de comenzar un nuevo curso. Una prueba completa debe constar al menos de 5 fases:

  • Movimientos oculares relacionados con la lectura.
  • Estudio de la binocularidad o visión en 3D.
  • Refracción visual o graduación del ojo.
  • Examen de la salud ocular.
  • Habilidades visuales de percepción relacionadas con el aprendizaje.

Tradicionalmente los controles visuales en estudiantes están focalizados en localizar e identificar aquellos que presentan miopía (dificultad en ver de lejos), mientras que estas edades los estudiantes precisan pasar controles que incorporen controles más precisos en visión de lejos, visión de cerca (es la que utilizan más durante  el estudio), visión del color y visión binocular (la responsable de un acertado rendimiento lector y de comprensión).

Las cifras son claras. El 25% de los niños en edad escolar sufre algún problema visual, como miopía, ojo vago o hipermetropía, lo cual puede afectar a su rendimiento académico si no se detecta a tiempo. Se estima que el 50% de los niños que precisan gafas no han sido diagnosticados, lo cual sin duda afecta a su capacidad visual, y por ende, a su rendimiento escolar.

Además, las exigencias visuales de la última década y el aumento del uso de dispositivos móviles (tablets, consolas y ordenadores) está multiplicando por dos el número de miopes. Este fenómeno se debe a que fijamos la vista en una zona cercana y limitada de movimientos y al acercarnos, aumenta el esfuerzo de acomodación.

Posibles signos de alarma

Existen varios síntomas que nos pueden avisar de que realmente un niño tiene problemas de visión, como son dificultades para ver la pizarra o la televisión, problemas de concentración, dolores recurrentes de cabeza, visión doble, dolor ocular, fatiga visual, situaciones y posturas forzadas para leer o escribir ojos rojos, frotarse frecuentemente los ojos, parpadeos continuos, bizquear y fotofobia.

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