Las condiciones ambientales anuncian una primavera traumática para los alérgicos

Cada año aumenta el número de pacientes nuevos y los casos de alergia muestran una intensidad más severa
Los pacientes con asma y alérgicos al polen deben tener especial precaución esta primavera
Picor, estornudos y goteo de nariz, así como rinitis alérgica, fatiga y cambios de humor, entre los efectos más frecuentes

Las temperaturas registradas este invierno, más templadas de lo habitual, así como la ausencia de lluvias y de heladas auguran una primavera complicada para las personas con alergia. Una dolencia que solo en España afecta a 8 millones de personas, cifra en ascenso ya que, cada año, aumenta el número de pacientes que debutan con síntomas de alergia y que, una vez realizadas las pruebas, son diagnosticados como alérgicos al polen.

"Cada año aumenta el número de consultas, tanto de personas que nunca habían tenido síntomas, como de otros ya diagnosticados en épocas anteriores, pero que una vez terminada la primavera, han descuidado el seguimiento y no han acudido al especialista durante el otoño para iniciar tratamientos preventivos, sobre todo a través de las vacunas" explica Enrique Martí Guadaño, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Sanitas CIMA, en Barcelona. Aunque no representa una amenaza para la vida, la alergia provoca un notable deterioro en la calidad de vida de las personas que la padecen. Los síntomas más frecuentes son la sensación de picor, los estornudos, el lagrimeo o goteo de nariz, la rinitis alérgica, la fatiga y los cambios de humor. Incluso, en los casos más severos, puede desencadenar en cuadros de ansiedad o depresión.

Las principales plantas alérgenas en España son los gramíneas, las más frecuentes y con un periodo de polinización muy amplio; el olivo, con una gran incidencia en mayo y junio; las cupresáceas y el plátano de sombra, muy presente en las grandes ciudades, y la parietaria, sobre todo en la costa mediterránea y en las Islas Canarias, con un periodo de polinización de febrero a noviembre. "A estas alergias se suman las posibles complicaciones por reactividad cruzada, como los síntomas asociados a la ingesta de algunos alimentos, que pueden exacerbar de forma importante las crisis alérgicas de un paciente que desarrolle este problema" explica Gema García Sánchez, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, en Madrid.

Para tratar adecuadamente la alergia y evitar complicaciones "es recomendable que todos los pacientes alérgicos acudan a su alergólogo para un seguimiento adecuado y para que les paute la medicación que mejor les ayude a combatir los síntomas que padecen cada primavera. Especial cuidado deben tener los pacientes que, además de alergia al polen, padecen asma. También los mayores y los niños, grupos más vulnerables" aconseja la doctora García. Uno de los tratamientos más recomendados por los especialistas es la Inmunoterapia, que permite controlar los síntomas de la alergia y evitar así complicaciones más graves. Está especialmente indicado para pacientes de riesgo como niños o ancianos e incluso para asmáticos. "Los niños y los ancianos, que tienen un sistema inmunológico más inmaduro o más debilitado, y aquellas personas que tengan enfermedades crónicas, son los que mayor riesgo tienen, ya que sus condiciones pueden ir a peor con el adelanto de los síntomas de la alergia", ha señalado el doctor Martí.

En cuanto al mejor modo de prevenir los síntomas de la alergia, los dos especialistas recomiendan seguir los siguientes consejos:

  1. Evitar salidas al campo y las actividades al aire libre: En aquellos días que hay mayor concentración de pólenes en el aire es preciso reducir la exposición al polen. El mejor modo es evitar esta exposición para no tener que sufrir después las molestias de la alergia.
  2. Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa: Tras haber estado todo el día al aire libre, a muchas personas alérgicas les ayuda ducharse y cambiarse de ropa para eliminar cualquier rastro de polen en su pelo, piel o ropa.
  3. Cerrar las ventanas: Tanto en casa como en el coche. Durante el día es muy importante que las ventanas de las casas permanezcan cerradas. Para ventilar una estancia es suficiente mantener la ventana abierta durante 5 minutos. En el caso de los coches, las ventanillas deben estar siempre cerradas para evitar el contacto con el polen. Además, la instalación de un filtro antipolen en el coche puede resultar de utilidad.
  4. Usar gafas de sol y mascarillas los días de mayor concentración de polen: Los días en los que la concentración de polen en el aire sea muy alta, utilizar gafas de sol y mascarillas como protección.
  5. Consultar con el alergólogo: el alergólogo es el especialista indicado para diagnosticar a qué pólenes en concreto es alérgica cada persona y, además, ayudar a establecer un tratamiento específico e integral para cada situación.

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