3 de marzo, Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición

Los niños con dificultades auditivas tienen más problemas de atención y rendimiento académico

Las infecciones virales son la causa más importante de pérdida auditiva adquirida en niños, según un estudio reciente
La Comisión de Audiología de la SEORL-CCC elabora un Decálogo de cuidados del Oído para Niños

Los niños con dificultades auditivas tienen más problemas de atención y rendimiento académico, lo que redunda en una peor calidad de vida. Así lo advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) con motivo del Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición que se celebra el 3 de marzo. Los otorrinolaringólogos advierten de la importancia de estar alerta de este tipo de dificultades, puesto que los tratamientos aplicados a edades más tempranas tienen mejores resultados y piden la realización del cribado auditivo a nivel universal para la detección de hipoacusias o sorderas al nacimiento. Por ello, la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC ha elaborado un  Decálogo de cuidados del Oído para Niños que se puede consultar en su web www.seorl.net.

Según datos de la SEORL-CCC, el 80% de las hipoacusias están presentes al nacimiento. "Por esto es tan importante para el pronóstico y la calidad de vida del niño realizar un cribado que facilite su detección precoz. Lo ideal es detectarlo antes de los tres meses para empezar el tratamiento antes de los seis", comenta la doctora María José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC. Un trabajo reciente publicado en The Journal of International Advanced Otology afirma que los trastornos auditivos pueden tener un impacto negativo en el desarrollo de los niños y en su calidad de vida si no se diagnostican a tiempo. Incluso los que son diagnosticados con pérdida leve a moderada pueden presentar trastornos del aprendizaje o del lenguaje verbal.

La pérdida de audición, "tanto si es transitoria como si es permanente,  puede tener un impacto enorme en el desarrollo del niño, ya que interfiere en su aprendizaje, en el desarrollo de destrezas de comunicación, lenguaje y socialización. Por lo tanto, es vital evitarla, en la medida de lo posible, y detectarla a tiempo. Cuanto más temprano se atienda a un niño con pérdida auditiva, mayor será la probabilidad de que alcance todo su potencial", indica la doctora Lavilla. Un estudio publicado en International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology estudia la corteza cerebral auditiva y demuestra que es tal el esfuerzo que el niño con hipoacusia tiene que realizar para mantener la atención mientras escucha, que se fatiga y abandona la tarea que está realizando, lo que dificulta el aprendizaje y apoya la indicación de las ayudas auditivas (audífono o implante coclear).

La pérdida auditiva puede aparecer a cualquier edad del niño, en el nacimiento, o más tarde; puede ser de aparición brusca o progresiva, temporal o parmente. "Puede ocurrir cuando alguna de las partes del oído no funciona de manera normal. Esto incluye el oído externo (pabellón y conducto auditivo externo), el oído medio (tímpano, cadena de huesecillos, cavidades y otras estructuras que están detrás del tímpano), el oído interno y el nervio auditivo", afirma la doctora Lavilla. Así, los catarros, las otitis catarrales o el buceo afectan al oído medio. "Además, si introducimos objetos en el oído, como los bastoncillos, y éstos penetran muy en profundidad por accidente, también puede dañar el oído medio, perforando el tímpano y dañando la cadena de huesecillos", advierte. Por otro lado, el ruido también puede afectar al oído interno.

Una investigación publicada en el Acta Otorhinolaryngologica Italica comprueba que las infecciones virales son la causa más importante de pérdida auditiva adquirida en niños, seguidas por la ototoxicidad por aminoglucósidos y derivados de platino, y por el daño coclear inducido por la sobreexposición al ruido, principalmente en adolescentes.

Signos de sospecha

Los signos y los síntomas de la pérdida auditiva son diferentes en cada niño. "Si los padres creen que un niño podría tener pérdida auditiva, deben seguir su instinto y consultar al otorrinolaringólogo lo antes posible", aconseja la doctora Lavilla. Además de al dolor de oídos y la supuración, que son signos evidentes, se debe prestar atención a otros que pueden pasar más desapercibidos. Aun cuando el niño haya superado con éxito antes una prueba de la audición, es importante estar pendiente de diferentes signos en cada etapa.

  • Bebés:
    • No se sobresalta con los ruidos fuertes.
    • Sigue durmiendo aun cuando usted habla fuertemente cerca de él o ella
    • Ha dejado de balbucear (después de los 9 meses de edad)
    • No voltea la cabeza hacia la fuente de un sonido después de los 6 meses de edad.
    • No dice palabras sencillas como "mamá" o "papá" cuando tiene 1 año.
    • Voltea la cabeza cuando lo ve a usted, pero no lo hace si solo lo llama por su nombre. A veces se piensa equivocadamente que se trata de falta de atención o que el niño simplemente ignora a la otra persona, pero puede ser el resultado de una pérdida auditiva parcial o total.
    • Parece escuchar algunos sonidos pero no otros.
  • Niños:
    • Tarda en hablar.
    • No habla en forma clara.
    • Se distrae mucho.
    • No sigue instrucciones A veces se piensa equivocadamente que se trata de falta de atención o que el niño simplemente ignora a la otra persona, pero puede ser el resultado de una pérdida auditiva parcial o total.
    • A menudo dice "¿qué?"
    • Sube demasiado el volumen de la televisión.
    • No sabe por dónde le vienen los sonidos
  • Adolescentes:
    • Comienza a escuchar un ruido en el oído (acufeno). Puede comenzar a escucharlo al salir de un concierto, discoteca o al haber estado escuchando música con los auriculares muy altos. Debe de consultar aunque este ruido desapareciera
    • Tiene problemas de entender a los que están a su alrededor al salir de un concierto, discoteca  o tras escuchar música. Debe de consultar aunque mejore
    • Oye, pero no entiende, sobre todo en el colegio, instituto o cuando hay varias personas hablando a la vez

Otitis, infecciones frecuentes en la infancia

La otitis es la causa más frecuente de visitas de lactantes y niños pequeños a las consultas de los otorrinolaringólogos, "por lo que es importante intentar evitar en la medida de lo posible el contagio de gripes y resfriados y hacer un uso responsable y discriminado de los antibióticos, ya que su abuso puede generar resistencias", comenta la doctora Lavilla. Hay otitis que aparecen y desaparecen, llamadas otitis medias recurrentes, y otras que duran mucho tiempo denominadas otitis medias crónicas. "Dentro de esta última la más común es la serosa que consiste en la acumulación de líquido en las cavidades del oído medio, detrás del tímpano, durante más de tres meses. Este líquido, es el resultado del mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio, encargada de ventilar y equilibrar las presiones en el oído medio", explica.

La causa más frecuente es la derivada de una patología obstructiva de la vía respiratoria superior de diversos tipos como vegetaciones, catarros de repetición, infección, alergia o alteraciones anatómicas. "El principal síntoma es la hipoacusia (déficit de audición), sin síntomas de dolor o supuración, y puede pasar desapercibida", apunta.

Para paliar la hipoacusia y evitar las consecuencias a largo plazo, en las otitis serosas se recurre a la colocación de tubos de ventilación transtimpánicos para drenar el líquido del oído mientras la trompa madura. "Si el problema no se resuelve de esta manera y en el resto de las otitis crónicas, recurriremos a sistemas de amplificación auditiva (audífonos y otros sistemas implantables)", subraya.

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