Según una encuesta realizada a padres y madres con el fin de conocer los hábitos alimenticios de sus hijos, aunque cada vez los adultos se preocupan más de que los niños lleven una dieta saludable y variada, aún presenta deficiencias.
Una buena nutrición es fundamental para el crecimiento sano del bebé. A partir de los seis meses la lactancia materna debe complementarse con la introducción de nuevos alimentos. Es en esta fase y hasta los tres o cuatro años donde los padres más vigilan la alimentación de sus hijos. Posteriormente, esta preocupación se deja de lado e incluso en algunos casos no se dan a los niños las cinco comidas básicas diarias.
Según los datos de la encuesta, los niños españoles prefieren la carne (48%) sobre el resto de comidas. Por el contrario, las verduras son las menos apreciadas. A pesar de que el 54% afirma que sus hijos hacen cinco comidas diarias, el 40% de los encuestados afirma saltarse una de las reglas clave de una alimentación saludable, cinco piezas de frutas y verduras al día, ofreciendo en el menú diario de sus hijos menos de tres piezas. De hecho, solo un 16,5% de los padres cumple con esta premisa.
En la cesta de la compra de los hogares españoles con hijos menores de seis años no falta la fruta, el jamón cocido, la verdura, las legumbres y los lácteos. En cuanto a la manera en que se cocinan los alimentos la variedad es la tendencia para evitar hacer monótona la comida, aunque el 21% afirma preparar todos los alimentos cocidos o al vapor, que les parece el modo más sano de cocinar para los más pequeños de la casa, además de ser fácil de preparar.
Como síntoma de la preocupación de los padres por la obesidad infantil, lo que más se evita en la alimentación infantil es la bollería. Las golosinas, sin embargo, están presentes todas las semanas en el 65% de los hogares, generalmente, se consumen unas tres veces a la semana aunque hay padres que afirman dárselas todos los días.
Los expertos recomiendan que la principal recomendación a la hora de manejar el desarrollo de la conducta alimentaria de los hijos es tener en cuenta que los niños imitan lo que ven, por lo que los adultos deben servir de ejemplo, comiendo con un horario regular y seleccionando alimentos sanos y variados. La comida debe ser un acto de encuentro familiar en un ambiente relajado.