Vuelta al cole - COVID-19

Los ópticos aconsejan adaptar espacios de estudio en casa para evitar problemas visuales ante la posibilidad de incremento de clases online

El síndrome visual informático (SVI) es una afección que provoca visión doble y/o borrosa, sequedad ocular, ojos rojos o mareos.

La crisis del coronavirus ha provocado que la vuelta al cole este año sea un tanto peculiar, de tal forma que muchos centros educativos apuestan por la enseñanza online como una posible solución a esta situación. Esta modalidad implica que los niños usen dispositivos electrónicos, en especial ordenadores, para poder seguir las clases y realizar sus tareas durante el nuevo curso escolar. Por este motivo, el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO) aconseja adecuar los espacios de estudio para que estos faciliten y propicien una buena ergonomía visual con el objetivo de evitar problemas como la fatiga visual, la visión doble o borrosa, la fobia a la luz, el lagrimeo, la sequedad ocular, el enrojecimiento de los ojos, u otros síntomas como náuseas y mareos, e incluso un aumento de la miopía.

Estos signos y síntomas son propios del síndrome visual informático (SVI), una afección visual que aparece cuando una persona hace un uso inadecuado de las pantallas sin tener en cuenta los descansos y las recomendaciones ergonómicas. En este sentido, el SVI puede aumentar este año como consecuencia de "la falta de recursos, el uso inadecuado de los mismos y la dificultad para adaptar las habitaciones y los espacios dedicados al estudio de los más pequeños para afrontar la nueva etapa escolar en la era COVID", advierte el decano del CNOO, Juan Carlos Martínez Moral.

En este sentido, el CNOO recomienda configurar los monitores para que tengan una iluminación adecuada, con un buen contraste y evitando los reflejos en la pantalla; relajar la vista mirando objetos o puntos lejanos a través de la ventana; mantener una postura correcta mientras se lee, estudia o se siguen las clases online y ubicar la pantalla ligeramente por debajo de la altura de los ojos. Asimismo, se pueden realizar descansos de cinco o diez minutos cada hora, parpadear con regularidad para evitar la sequedad ocular y realizar ejercicios visuales, como cerrar los ojos o desviar la mirada con el fin de evitar algunos de los síntomas del SVI.

"Una buena medida sería utilizar la regla 20/20/20, que consiste en dejar de mirar la pantalla durante 20 segundos cada 20 minutos y centrar la mirada en cualquier otro punto que esté a 20 pies (poco más de 6 metros) de distancia para descansar la vista", indica Martínez.

El correcto uso del ordenador para cuidar la salud visual

La visión es clave para el aprendizaje, ya que el 80% de la información recibida se obtiene a través de ella. En la situación actual son muchos los niños que tendrán que someter a su sistema visual a un sobreesfuerzo porque a las horas de ocio frente al ordenador tendrán que sumarle las que inviertan en el aprendizaje. Además, algunos menores presentan problemas visuales, como la miopía, hipermetropía o estrabismo, que pueden perjudicar su desarrollo y afectar a su rendimiento académico.

Para ello, los ópticos-optometristas aconsejan que estos niños acudan a un examen visual optométrico completo en un establecimiento sanitario de óptica cada tres o seis meses si existen sospechas de patologías que normalmente se detectan si los menores se sientan cerca de la pantalla, entornan los ojos o ladean la cabeza, se frotan los párpados con frecuencia, cierran un ojo para leer o se quejan de dolores de cabeza y cansancio en los ojos.

Por otro lado, para prevenir posibles consecuencias visuales por la utilización de ordenadores y pantallas, el CNOO sugiere:

  • Ajustar los colores del monitor para que sean siempre claros y mates. Además, es importante configurar los caracteres y el tamaño de la fuente, que no sea muy pequeño, para facilitar la legibilidad.
  • La imagen ha de ser estable y sin destellos. En este sentido, es recomendable aumentar la velocidad de refresco de la pantalla, que esta se pueda orientar a voluntad con objeto de optimizar los ángulos de visión y que permita su regulación en cuanto a brillo y contraste.
  • Procurar que la pantalla esté siempre limpia y estudiar o leer con texto negro sobre fondo blanco.
  • Situar la pantalla a una distancia de entre 50-60 cm y la parte superior de la misma a una altura similar a la de los ojos o ligeramente más baja.
  • Colocar el monitor perpendicular a la ventana para evitar deslumbramientos y reflejos. 

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