Tras el cierre de los colegios, el consumo de Internet de los menores españoles ha aumentado un 180%

Hace una semana que se llevó a cabo el cierre general de todos los colegios de España, sietes días en los que las familias han sido testigos de cómo sus hijos sustituían los libros, cuadernos y pizarras por horas delante de las pantallas y demás dispositivos tecnológicos. Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias, ha llevado a cabo un análisis de su comportamiento en línea durante la última semana y ha podido constatar como la actividad online de los menores españoles ha aumentado un 180%. Según sus previsiones, la cifra no hará más que crecer conforme se alargue la cuarentena.

España no es el único país que ha experimentado este repunte. En general, en las zonas donde se impone el cierre de los centros escolares se registra un crecimiento del más del 100% en la actividad online. Ejemplos de ello son Francia, donde la actividad online ha subido un 120% desde el cierre de las escuelas el pasado 12 de marzo, o Italia, que ha pasado de un aumento inicial del 50% a un 220% en los últimos 7 días.

Aunque levemente por debajo, lo mismo sucede en países como Estados Unidos, donde hay un cierre parcial de las escuelas y los métodos de distanciamiento difieren a nivel regional. Allí el análisis muestra un aumento del 95% del tiempo que pasan los niños frente a las pantallas desde el primer cierre de escuelas el 16 de marzo. En Reino Unido, donde se ha adoptado un enfoque diferente en comparación con el resto de Europa, la actividad online ha aumentado en un 50% desde que algunas escuelas cerraron voluntariamente el 11 de marzo. La previsión es que para ambos países es que el porcentaje aumente un 100% para finales de esta semana, a medida que las escuelas del Reino Unido entren en un cierre total.

"El coronavirus está impulsando al mundo entero hacia una nueva era de conectividad. Las familias tendrán que tomar medidas para no dejar que el tiempo frente a las pantallas se convierta en la mayor parte de la vida de sus hijos, así como para que estén protegidos de los peligros online, como los acosadores y contenidos violentos y pornográficos", advierte el CEO y cofundador de la compañía, Eduardo Cruz.

Entre las causas que explican este aumento se encuentran que muchos padres y madres se ven obligados a trabajar desde casa mientras mantienen a sus hijos entretenidos, así como la imposibilidad de dejar a los más pequeños al cuidado de los abuelos como medida para evitar el contagio y el uso de las nuevas tecnologías de forma más masiva no sólo para jugar y conectarse con sus amigos, sino para asistir a las clases online de sus colegios. "Las pantallas se han convertido en los abuelos temporales de mi hijo", señala Djanira Cortesao, madre de Barcelona. "Mis padres viven cerca y nos ayudan con el cuidado de los niños todo el año, pero en estos momentos prefiero que vean unas horas extra de vídeos que poner a mis padres en riesgo".

Sin embargo, a medida que la actividad online se dispara, también lo hace la exposición de los menores a los peligros que puede suponer un uso excesivo e incontrolado de Internet. María Guerrero, psicóloga experta de la plataforma y madre de dos hijos, recomienda a las familias "mantener la calma, crear rutinas en cuanto al tiempo online y asegurarse de que el contenido consumido es de calidad, apropiado para su edad y, sobre todo, no perjudicial".

Los expertos de la mencionada compañía han elaborado una guía para ayudar a las familias a fomentar un buen uso de Internet entre los más pequeños:

  • Videojuegos. Siempre hay que revisar las clasificaciones por edades de sistemas como PEGI, ya que son de gran ayuda para que los padres identifiquen si el contenido es apropiado para menores. Parte de este contenido son cajas "botín" que pueden ser el primer paso para un comportamiento adictivo. Además, no es recomendable dar información personal ni hacer compras internas en las apps. Aunque lo fundamental es que las familias conozcan realmente a qué juegan sus hijos.
  • Redes sociales. Lo primero que hay que recordar es que las redes sociales no están recomendadas para los menores de 13 años. A partir de ahí, las familias deben enseñar a sus hijos que todo lo que escriban o compartan, incluso las historias temporales, queda registrado en Internet y dejan de tener el control sobre esos contenidos que pueden jugarles una mala pasada en el futuro. Los padres también deben estar al tanto de las tendencias peligrosas y los retos virales como el Skullbreaker, una práctica cada vez más vista en TikTok.
  • Aplicaciones de comunicación. Al igual que en el mundo real, hay que transmitir a los niños que no pueden hablar con extraños. Además, los padres no solo tienen que saber con quién hablan sus hijos por WhatsApp y otras apps de mensajería, ya que muchos juegos y redes sociales también tienen herramientas para chatear.
  • Aplicaciones educativas y de aprendizaje a distancia. Existen multitud de apps y plataformas para aprender música, visitar un museo virtual, mejorar las habilidades en ciencias o aprender un nuevo idioma. El mundo de la educación online está en plena expansión y es un gran momento para aprovecharlo, pero con cabeza, ya que algunas empresas han sido acusadas de recopilar datos de niños sin el consentimiento de sus padres.
  • Entretenimiento. Muchos servicios en streaming de películas, series y música están ofreciendo accesos gratuitos o con precios reducidos para llevar mejor la cuarentena. Si los menores se crean una cuenta en estas plataformas, hay que revisar que el contenido sea apropiado para su edad.
  • Pornografía y apuestas online. Al igual que las aplicaciones de entretenimiento, las empresas que están detrás de las webs pornográficas y de apuestas están ofreciendo contenido gratuito sin necesidad de suscripción. Ante ello, lo mejor es bloquear este tipo de páginas.

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