Según la Encuesta Europea de Salud publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cinco millones y medio de españoles, el 16,3% de la población, sufren las consecuencias de las alergias. Estas cifras van en aumento y se prevé que, en los próximos años, una de cada cinco personas padecerá algún tipo de alergia.
Cinco millones y medio de españoles sufren las consecuencias de las alergias
Un diagnóstico alérgico lo más preciso posible es clave para fijar el tratamiento más adecuado para cada paciente alérgico. Para realizar el diagnóstico, los alergólogos apuestan por las pruebas de provocación alérgica controlada que se usan para confirmar o descartar diagnósticos de alergia a fármacos y alimentos.
Según explica la Dra. Maria Basagaña, responsable de AlergoUnit de Policlínica de Barcelona, para establecer el diagnóstico primero es necesario recoger la historia clínica del paciente e identificar su sensibilización alérgica frente a ciertos alimentos o fármacos mediante las tradicionales pruebas cutáneas. Posteriormente se realiza la prueba de provocación alérgica que consiste en administrar de forma controlada y en intervalos de tiempo variables el supuesto alérgeno para ver si aparece reacción en el paciente.
En el caso de las alergias alimentarias, el paciente, una vez diagnosticado, puede someterse a un tratamiento de desensibilización que logre prácticamente su curación total. El procedimiento consiste en "administrar cantidades mínimas del alimento, aumentándolas progresivamente hasta alcanzar la ración habitual y así conseguir incorporarlo con normalidad a la alimentación del paciente de forma continua", explica la experta.