Una actividad física moderada y una alimentación rica en calcio son factores clave para mantener una correcta densidad ósea que ayudaría a reducir las fracturas producidas por la osteoporosis.
Medidas muy sencillas, como evitar la vida sedentaria e incrementar el consumo de calcio, harían que la tendencia de las fracturas osteoporóticas se redujera de forma significativa.
Para ello se recomienda una dieta que incluya un mínimo de 1.200 miligramos diarios de calcio, que se pueden encontrar en los lácteos (yogures, leche y queso); en vegetales como la espinaca, col o el brécol; en pescados como las sardinas; en los frutos secos; y en las legumbres. Además, se aconseja tomar el sol diez minutos al día para activar la vitamina D en el organismo, que es fundamental para la fijación del calcio en los huesos.
En los últimos años, el envejecimiento de la población, la tendencia a mantener unos hábitos de vida sedentarios y una alimentación poco saludable han provocado un aumento de la incidencia de las fracturas por fragilidad ósea. Las fracturas vertebrales y de cadera continúan progresando en la actualidad, especialmente si se trata de mujeres que han pasado la menopausia, ya que es a partir de esta época cuando se acelera la disminución de masa ósea y, como consecuencia, presentan un mayor riesgo de sufrir fracturas osteoporóticas.
Las fracturas
Las fracturas que más se producen en las personas con osteoporosis son las de muñeca (llamada fractura de Colles), vértebras y cadera, las cuales se producen en diferentes estadios de la enfermedad. La fractura de Colles es la que tiende a aparecer más pronto, tras la menopausia.
Las fracturas vertebrales comienzan a aparecer después de los 60 años y llegan a afectar a casi la mitad de las mujeres mayores de 70 años. Éstas responden al perfil de persona delgada, que ha perdido varios centímetros de talla y con la espalda encorvada. Además de un cambio en la morfología corporal, originan dolor crónico, reducción de la capacidad funcional y molestias digestivas debido a la reducción de la altura del tronco. Las fracturas vertebrales pueden aparecer a consecuencia de una simple sobrecarga de la columna, como levantar un peso, agacharse o sentarse bruscamente. Su diagnóstico es fundamental ya que hasta un 50% de estas fracturas no dan síntomas y solamente se comprueba que se han producido si se realiza una radiografía.
