Llega el buen tiempo y muchas personas ponen en marcha la habitual operación bikini, con la que eliminar unos cuantos quilos de más, que les permitan lucir un cuerpo ausente de michelines, cartucheras e incluso celulitis cuando se acuda a la playa o la piscina. Lo que no se ha hecho en todo el otoño e invierno, mantenerse en forma, pasa ahora factura y se quiere remediar en poco tiempo. Es el momento de las dietas milagro o el ayuno extremo, de las palizas en el gimnasio, de obsesionarse con el peso y de mirarse al espejo para vigilar los avances.
Las dietas milagro
No hay dietas milagro. Lo mejor es ponerse en manos de un endocrinólogo o un nutricionista
Cada año por estas fechas los expertos en nutrición hacen la misma advertencia: ¡Mucha prudencia con las dietas milagro! Y es que comienza la operación bikini, ésa con la que no pocas personas pretenden eliminar de su cuerpo y de miradas ajenas los kilos y los michelines que se ha cobrado la laxitud invernal en los hábitos alimenticios y la práctica de ejercicio. El calor reduce la ropa y deja a la vista una mayor superficie corporal, marcando claramente los efectos del abandono invernal. La perspectiva de tener que ponerse el bañador se transforma en una obsesión y hay que poder lucir palmito de la manera más rápida y eficaz posible.
Las revistas airean las dietas para adelgazar de moda, muchas de ellas absurdas e incluso peligrosas. Los centros de estética se lanzan a captar a toda costa insatisfechos con su cuerpo prometiendo de todo. Y el boca a oreja alimenta las ansias por encontrar la dieta más eficaz. Pero, ¿qué hay de verdad en todo lo que se dice?
Cuando se inicia la primavera, una avalancha de publicidad y campañas informativas incita a la operación bikini. Son muchos los que prometen satisfacer el deseo de perder muchos kilos en muy poco tiempo; y no menos las personas, especialmente mujeres, que caen en la trampa, pues el resultado suele tener tres caras: se pierden quilos, se pone en peligro la salud y al poco tiempo se recupera lo que se ha perdido. Y todo ello con un coste económico a veces excesivo.
Dietas revolucionarias, masajes reductores maravillosos, técnicas de estética basadas en tecnologías de vanguardia, revistas con dietas de lo más variopinto y sin referencias científicas … Parece que todo vale para hacerse con una parte del pingüe negocio que supone la operación bikini.
Algunos consejos saludables
No hay dieta eficaz si no se acompaña de la práctica de ejercicio físico.
La Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca) y el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (Infito) han realizado un informe para el que se ha entrevistado a 6.000 personas. Los resultados, cuando menos, son preocupantes: el 42% de las dietas utilizadas para perder los quilos de más son poco saludables: seguir regímenes proteicos, eliminar una o varias comidas al día, disociar alimentos o ayunar son recursos o trucos recurrentes para adelgazar. Además sólo la mitad de quienes se someten a la llamada operación bikini simultanean la dieta con la práctica de algún tipo de ejercicio.
¿Cómo evitar ser víctima de falsas promesas? Hay varios consejos que pueden ayudar a separar la paja del polvo y ponerse en manos de verdaderos profesionales de la nutrición:
- Se trata de aprender a comer de manera correcta y ello implica cambiar permanente los propios hábitos: alimentarse de forma saludable y practicar habitualmente ejercicio … Y ¡durante todo el año! Es lo único que resulta eficaz y saludable, además de evitar el temido efecto yoyó.
- Antes de empezar una dieta para adelgazar debe verle un médico, pues esta puede estar contraindicada, como sucede en el caso de las embarazadas. Además deberá contar con el apoyo de un dietista al que poder consultar cualquier duda que pueda surgir durante el proceso y que controle su evolución para la detección de posibles problemas.
- Cualquier dieta debe basarse en la conocida pirámide nutricional. Se puede comer de todo, pero en las combinaciones y dosis adecuadas y cocinando los alimentos de forma correcta. Además, ésta es la única manera de garantizar que se obtienen todos los nutrientes necesarios para el organismo.
- Las dietas deben aportar un mínimo de 1.200 quilocalorías en el caso de las mujeres y 1.500 en los hombres. Todo lo que esté por debajo de estas cifras exige un seguimiento médico.
- Si a la dieta que se le recomienda se añade el consumo adicional de productos o suplementos nutricionales, descártelo: en la gran mayoría de los casos no son necesarios y suelen ser caros. Puede que pierda algunos quilos, pero también dinero. Y, lo que es peor, cuando deje la dieta, lo más probable es que recupere los quilos y no el dinero.
- Las soluciones rápidas no existen: hay que desconfiar de promesas que se basan en el "mucho en poco tiempo". Puede que se logre perder cuatro quilos por semana, pero esto no es saludable y puede ser incluso peligroso. Lo aconsejable es no perder más de un quilo por semana.
- Otra referencia importante para la desconfianza es cuando no se calcula el índice de masa corporal (IMC) del paciente y tampoco se le mide el perímetro de la cintura. El primer parámetro determina si se tiene sobrepeso o se es obeso, además de ser imprescindible para determinar cuántos quilos se deben perder y definir el plan más adecuado para hacerlo. El perímetro de la cintura determina el nivel de riesgo que determinan los quilos de más para la salud del paciente: no debería superar los 100 centímetros en los hombres y los 85 en las mujeres.
- Si no le recomiendan que realice ejercicio físico, no merece la pena seguir. Éste es un elemento clave para perder quilos de forma saludable, ya que con él se queman calorías sobrantes. Pero si no se ha practicado de forma habitual, debe hacerse siguiendo las recomendaciones del médico y de forma suave: caminar entre 30 y 60 minutos diarios a paso relativamente rápido es más que suficiente.
- Las dietas para reducir peso deben adecuarse al estilo de vida y la actividad diaria de cada persona. Ésta es una manera de asegurar el seguimiento de la misma.
En cualquier caso la mejor recomendación posible es ponerse en manos de un endocrinólogo o un nutricionista. Todos estos puntos deben tener la etiqueta de "imprescindible" cuando se acude a cualquier centro supuestamente especializado para adelgazar. Si no se cumple sólo uno de ellos, se debe desconfiar.
De no ser así, los datos disponibles -hay un estudio realizado por la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas (AEDN)-, hablan por sí solos: seis de cada diez mujeres abandonan estos planes milagrosos de adelgazamiento y el 70% lo hace a causa de sus efectos adversos; y de las que sí lo acaban el 70% son víctimas del conocido efecto yoyó y recuperan los quilos perdidos en un plazo inferior a los tres años.
Centros de estética
Hay algunas recomendaciones que pueden ayudar a enfrentar la operación bikini de una forma eficaz, segura e incluso divertida. La más importante debería ser que no debería haber operación bikini, es decir que no se debe pretender hacer en un par de meses, o incluso menos tiempo, lo que no se ha hecho en todo el año: hay que cambiar los hábitos, de modo que se lleve una alimentación saludable y se realice ejercicio físico moderado de manera continua. No obstante, llegado el caso, hay otras pautas a seguir:
- Organizar los menús de la semana -comida y cena- y hacer una lista de la compra detallada. La improvisación es muy mala consejera. Es mejor la planificación. Los menús deben tener en cuenta los criterios contenidos en la pirámide nutricional: de todo en la justa proporción de cada cosa. Por ejemplo, cada día debe contemplarse una ración de verdura o ensalada.
- Evitar excesos y controlar la cantidad de alimento que se pone en el plato.
- Masticar lentamente, antes de tragar cada bocado: esto hará que la sensación de saciedad llegue antes.
- Mantener los horarios de las comidas.
- Controlar, y si es posible evitar, la cantidad de grasas que se añade a las comidas. La cantidad de aceite que se aconseja como consumo diario no debe superar las dos cucharadas diarias. Y ello incluye el utilizado para cocinar.
- Es recomendable ingerir una pieza de fruta a media mañana y media tarde.
- Cocinar saludablemente; carnes y pescados a la plancha, verduras al vapor, etc.
- Evitar el alcohol: proporciona un gran aporte de calorías.
- Evitar el dulce y los aperitivos salados.
- Y, fundamental: hacer ejercicio durante 30 a 45 minutos, al menos cuatro días a la semana.
Otros tratamientos estéticos y cirugía plástica
Cada persona es mundo y los quilos de más pueden tener diferentes causas: retención de líquidos, acumulación localizada de grasa, alimentación inadecuada, falta de ejercicio, etc. Y lo mismo ocurre con sus efectos: celulitis, michelines, barriga, hinchazón … De ahí que en muchas ocasiones la operación bikini vaya más allá de una dieta de adelgazamiento y se recurra a centros de estética para abordar otras cuestiones que ayuden a mejorar el aspecto físico.
La primera recomendación es que siempre es necesario realizar un diagnóstico personalizado antes de decidir el tratamiento más adecuado. Afortunadamente en la actualidad son muchas las técnicas disponibles para abordar con garantías de éxito la mayoría de los problemas estéticos, pero su eficacia depende esencialmente de que se utilice cada una de ellas cuando está indicada. Por tanto, si antes de empezar cualquier tratamiento no se han realizado las pruebas diagnósticas necesarias -estudio antroprométrico, composición corporal (grasa, agua y masa muscular), imagen termográfica, etc.-, lo mejor es cambiar de centro.
Otra recomendación importante es que el centro cuente con los permisos necesarios para realizar su labor, que los aparatos y las técnicas que en él se utilizan estén debidamente homologados y tengan un respaldo científico, y que los profesionales que le atienden dispongan de la titulación necesaria. Hay mucho intrusismo en el campo de la estética y es necesario tomar precauciones para evitar caer en malas manos.
Aunque en los últimos años se ha reducido la demanda de este tipo de tratamientos, lo cierto es que otras técnicas de medicina estética y de cirugía plástica también tienen su demanda ante la operación bikini. La lipoescultura, la mesoterapia, la presoterapia, la criolipólisis, la adominoplastia y otras técnicas estéticas y quirúrgicas empiezan a ser consideradas como una opción de último recurso, bien porque algunas de ellas requieren varias sesiones, por su coste económico o por la prevención ante la posible eficacia de este tipo de técnicas. En cualquier caso, los expertos recuerdan que nada de esto es eficaz a medio y largo plazo si no se mantiene una alimentación saludable y se practica ejercicio moderado con asiduidad.
Si todas las personas que se preocupan por su imagen corporal cuando el verano llama a la puerta siguieran este consejo, la operación bikini caería en el olvido.