Vida sexual sana - De interés - Preguntas frecuentes

La Organización Mundial de la Salud recomienda que todas las mujeres se realicen revisiones ginecológicas con una periodicidad de entre 1 y 2 años, una vez que la mujer haya comenzado a mantener relaciones sexuales o si presenta algún tipo de problema relacionado con el aparato genital o las mamas.

La revisión ginecológica ha constituido el "gran éxito" de la Medicina Preventiva, ya que se realiza a pacientes aparentemente sanas con la intención de diagnosticar precozmente la presencia de enfermedades que pueden pasar inadvertidas en sus primeros estadios. Por ello, las mujeres, a lo largo de su vida, deben someterse a revisiones periódicas para garantizar un diagnóstico precoz de cualquier dolencia. En este sentido, es destacable el éxito alcanzado por la implantación de las revisiones periódicas en la prevención del cáncer de cuello de útero y mama.

En la consulta, el ginecólogo realizará una historia clínica de la paciente que recogerá diversos datos y, después, hará una exploración genital, tomando una muestra de exudado de la zona cervicovaginal para su análisis citológico con el fin de descartar la presencia de células malignas. También pueden tomarse muestras de flujo para realizar cultivos de microorganismos con el objeto de detectar infecciones vaginales. Posteriormente, el ginecólogo explorará las mamas. En función de los casos, también se procederá a solicitar otro tipo de pruebas o de estudios complementarios (ecografía abdominal o transvaginal, mamografías, estudios hormonales, densitometrías óseas...).

La revisión ginecológica también puede ser una oportunidad para consultar con el especialista la necesidad de utilizar un método anticonceptivo y, en función de las necesidades de la paciente, elegir el más idóneo en cada caso.

Los investigadores sexuales Masters y Johnson encontraron que la libido no está relacionada con los niveles de estrógenos y, en consecuencia, no se pierde de forma automática durante la menopausia. Además, al menos el 50% de las mujeres menopáusicas no experimentan ninguna pérdida del interés sexual y menos del 20% informa de una marcada falta de interés.

Si su embarazo cursa con normalidad, no es necesario modificar o interrumpir sus hábitos sexuales. El coito no es peligroso para el feto en embarazos de curso normal, ya que está protegido en su bolsa de líquido amniótico. Se puede decir que es aconsejable mantener relaciones sexuales durante el embarazo, especialmente hasta el octavo mes si ambos así lo desean, adaptándolas a cada etapa de la gestación.

En algunas mujeres se da un incremento de la libido durante el embarazo: la vagina se vuelve más flexible y está mejor lubrificada, y la circulación sanguínea agudiza la sensibilidad de los senos. El proyecto común (la llegada del bebé) también puede solidificar la relación de pareja, que se siente en fusión total durante el acto sexual.

Si la mujer o el hombre no se sienten cómodos con el sexo durante el embarazo es importante ser tolerante y dialogar, tener en cuenta que cada persona vive el embarazo de una forma, con miedos diferentes.

Una de las cosas que hay que cuidar más que de costumbre es la postura durante el acto, ya que algunas posturas dejarán de ser cómodas según vaya creciendo el vientre.

El sexo durante el embarazo debe evitarse cuando exista hemorragia, infección genital, amenaza de parto prematuro o rotura de la bolsa. Siempre que tenga una duda consulte con su médico. Si su médico no lo desaconseja, puede mantener relaciones durante el embarazo, con normalidad.

Más en el Canal Vida saludable

Vida sexual sana
Vida sexual sana
Vida sexual sana

Más canales en saludemia.com

Noticias Relacionadas con Vida sexual sana

> Ver todas
Es la cópula o unión sexual entre dos individuos. Forma parte de la relación sexual e implica la participación de los órganos genitales.

Ver

Nombre que adquiere el embrión a partir del tercer mes de la concepción y hasta el nacimiento de un nuevo ser humano.

Ver

Es un fluido acuoso que se encuentra dentro del saco amniótico, una cubierta compuesta por dos membranas que rodean al bebé. Una de las funciones del líquido amniótico es la de amortiguar al feto durante su estancia en el saco amniótico.

Ver

Conducto del aparato ginecológico de la mujer que se extiende desde la vulva hasta el útero.

Ver