La prueba de referencia para establecer el diagnóstico es la polisomnografía convencional nocturna (PSG).
Con esto, se pretenden evitar las frecuentes complicaciones que produce dicho síndrome en la infancia (retrasos escolares, hiperactividad, etc.) o en el adulto (accidentes de tráfico, domésticos o de trabajo, cardiopatía isquémica, HTA sistémica y pulmonar, arritmias o insuficiencia respiratoria).