La piel alrededor de las ampollas puede estar roja, hinchada y dolorida y las ampollas pueden romperse y liberar un líquido claro, formándose una costra a los pocos días. Las lesiones se resuelven después de varios días a dos semanas.
El herpes labial es causado por el virus del herpes simple del que existen dos tipos: HSV-1 y HSV-2. Ambos tipos de virus pueden causar calenturas en los labios y llagas en la boca.
Se contagia cuando una persona toca una llaga de herpes labial o el líquido infectado, como, por ejemplo, al compartir utensilios para comer o navajas de afeitar, besar a una persona infectada o tocar la saliva de esa persona. El herpes labial puede extenderse también a otras zonas del cuerpo. El virus del herpes simple que causa el herpes labial no se puede curar. Una vez que haya sido infectado, el virus permanece en su cuerpo por el resto de la vida del enfermo y aparecen las lesiones nuevamente en situaciones con las defensas del organismo bajas y en enfermedades como el sida y la leucemia.
Los primeros síntomas del herpes labial pueden incluir dolor, picor y escozor alrededor de la boca y en los labios, fiebre, dolor de garganta, o hinchazón de los ganglios del cuello.