Los pacientes que no estén afectados por su aspecto pueden optar por no recibir tratamiento ya que éste no es curativo y se dirige, exclusivamente, a resolver el problema estético. También se puede recurrir al maquillaje especial para lesiones en la piel que se puede aplicar tanto en la cara como en el cuerpo.
Las terapias de repigmentación aportan mejoras en el aspecto y muchos enfermos las prefieren. Una de las opciones son los corticoesteroides, que son efectivos para pequeñas áreas afectadas por el vitíligo. Otra opción serían los tratamientos con psoralenos (fármacos fotosensibles) en combinación con una exposición controlada a los rayos ultravioletas. También se pueden usar inmunodepresores y fármacos pigmentantes como metoxaleno. Cuando existen pocas lesiones, se puede recurrir a los injertos de piel o a cultivos selectivos de melanocitos.
En casos extremos, cuando la mayor parte del cuerpo resulta afectada, la piel pigmentada que queda se puede despigmentar, pero esto debería ser el último recurso.