María Segura, subdirectora general y directora técnica de AlgaEnergy, que ha participado en la mesa científica ‘Bioproducts: paving the way for a sustainable planet' de BIOSPAIN 2021, que se está celebrando la semana del 27 de septiembre en el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra-Baluarte en Pamplona-Iruña, ha expuesto que, en cuestión de sostenibilidad, queda mucho camino por recorrer pues se está en los inicios de lo que ya se conoce como la bio-revolución a nivel mundial. No obstante, como ha dicho, "esa es una buena noticia, pues es un reflejo del inmenso potencial de la biotecnología para mejorar nuestra forma de vida".
"Nadie duda de que el futuro del sector agroalimentario pasa por ser más sostenible y responsable, pero también más eficiente y competitivo. El incremento de la productividad de los cultivos necesario para alimentar a una población que crece a un ritmo nunca antes visto debe ir perfectamente alineado con la mitigación de los efectos del cambio climático y la regeneración de los suelos, lo que es posible mediante la aplicación del conocimiento y la adopción de tecnologías sostenibles e innovaciones eficientes", ha añadido.
En este sentido, para entender qué son los bioproductos, ha explicado que se trata de aquellos productos que derivan total o parcialmente de materiales de origen biológico. Según ha contado Segura, la aplicación de este tipo de soluciones, particularmente aquellas derivadas de las microalgas, está experimentando un notable crecimiento en sectores muy diversos, como en la agricultura con insumos agrícolas biológicos que reducen o reemplazan a los químicos. La experta destaca los bioestimulantes, que se han ido posicionando durante los últimos años como una herramienta muy eficaz para el mejor desarrollo de los cultivos y la salud del suelo. De hecho, se consideran parte de la solución para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en particular el ODS 2 'Hambre cero'".
Alimentos más sostenibles
El reciente estudio de la Comisión de la Unión Europea (UE) sobre las nuevas técnicas de edición genómica, la Estrategia de la Granja a la Mesa y los diferentes informes enviados a la Comisión por parte de España destacan el potencial de estas tecnologías para conseguir alimentos más sostenibles gracias a sus numerosas aplicaciones. "Así, entre ellas, podemos señalar aplicaciones para mejorar la adaptación y respuesta al cambio climático", ha afirmado la directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Esperanza Orellana, con motivo de su participación en la mesa científica ‘Where do we stand on new genomic editing techniques?'.
El objetivo de esta mesa redonda ha sido debatir sobre la importancia de estas tecnologías para la UE, su relación con el Pacto Verde y sus Estrategias y los retos de su situación regulatoria. "Estas tecnologías pueden contribuir a la consecución del Pacto Verde y sus objetivos, mejorando la sostenibilidad y competitividad del sector agroalimentario", ha indicado Orellana.
Por todo lo anterior, "España apoya el proceso iniciado por la Comisión para revisar la normativa y adaptarla a los nuevos avances científicos. En esta revisión es importante garantizar que se mantienen los altos estándares de seguridad del actual marco legal, al tiempo que se crea un entorno jurídico adecuado que permita apostar por la innovación y desarrollo tecnológico al servicio del sector agroalimentario".
Consumidores más responsables
En la mesa científica ‘The Future of Food: what we will be eating in 2030 thanks to biotechnology', Sabas de Diego, CTO en Tebrio, ha subrayado el potencial e importancia de la biotecnología. "La humanidad ha tratado de controlar tecnológicamente los procesos biológicos, incluso antes de dejar de ser recolector-cazador. Nuestra capacidad para reinventarnos aprendiendo de la naturaleza es enorme y creo que lograremos combatir el déficit global de alimentos con propuestas como la de Tebrio y el resto de empresas que trabajan día a día para optimizar la forma en la que gestionamos los recursos naturales", ha señalado.
Asimismo, ha comentado que en la mencionada compañía se produce de forma más sostenible y respetuosa y ayudan a reducir el impacto global. "Nuestro modelo de producción y transformación tiene un claro impacto tractor en las cadenas de valor sobre las que operamos, no solo siendo respetuosos con el medio ambiente, sino proporcionando la posibilidad de reducir la huella de carbono de nuestros clientes".
Por su parte, sobre la sostenibilidad en el sector ganadero, Goyo Sanzol, CEO de Pentabiol, ha explicado que "el animal tiene una capacidad potencial productiva propia, pero la competitividad en el precio ha provocado que los ganaderos se hayan visto obligados a intentar forzar su condición natural para obtener una producción muy alta. Sin embargo, tenemos que aprender a gestionar bien lo que la naturaleza del animal nos puede dar para que sea sostenible. La sostenibilidad de los alimentos no nos sirve de nada si, a su vez, no es trazable".
Afortunadamente, "los ganaderos ya se han dado cuenta de que preocupándose, entre otros aspectos, de lo que come el animal y de su microbiota intestinal se puede obtener un volumen de producción realmente alto. Pero también hay que retribuir al ganadero de una forma justa en el precio de lo que produce. El consumidor tiene que tener una responsabilidad corporativa muy importante. Y Europa, si quiere ser verde y sostenible, ha de tener una capacidad de autosuficiencia productiva".
El Pacto por el Clima
Además, se ha celebrado la mesa científica ‘Getting involved in the European Climate Change Pact', Pacto del cuál AseBio es coordinador nacional, en la que ha participado Javier Gil, director del Departamento de Biomasa del Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), quien ha puesto de relieve que la crisis climática es real y nos afecta a todos, pero todos podemos contribuir a encontrar soluciones. Con ese objetivo, la Comisión Europea ha lanzado el Pacto por el Clima, que es parte del Pacto Verde Europeo. En la fase inicial, el Pacto priorizará acciones enfocadas en cuatro áreas que ofrecen beneficios inmediatos no solo para el clima y el medioambiente, sino también para la salud y el bienestar de los ciudadanos: áreas verdes, transporte verde, edificios y habilidades ecológicas. Con el tiempo, se expandirá a otras áreas, como el consumo y la producción sostenibles, la calidad de los suelos, la alimentación saludable y las dietas sostenibles, los océanos y las zonas rurales y costeras.