Según ha informado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el síndrome de apnea-hipoapnea durante el sueño afecta a entre un 2 y un 4% de los niños de dos a seis años, convirtiéndose en una patología altamente prevalente en la edad infantil.
La presencia de este síndrome empeora el curso de diferentes patologías a las que se asocia y sus consecuencias influyen de forma evidente en la calidad de vida del niño a la vez que en la de sus cuidadores, en caso de los niños con discapacidad.
La apnea del sueño se caracteriza por una obstrucción parcial prolongada de la vía aérea superior y/o una obstrucción intermitente completa que interrumpe la ventilación normal durante el sueño y los patrones normales del mismo. Esta dolencia puede concurrir con otros trastornos de salud en un mismo paciente hecho que implica la aplicación de un tratamiento diferente del que correspondería si fuera enfermedad única.
Las repercusiones médicas de esta dolencia respiratoria incluyen alteraciones cardiovasculares, alteraciones en la función ventricular y elevaciones discretas de la presión arterial, además del retraso pondoestatural del paciente infantil que la sufre; influyendo al mismo tiempo a diferentes sistemas del cuerpo.
Además, desde un punto de vista neuroconductual se ha observado que el 47% de los niños españoles con síndrome de apnea-hipoapnea han tenido problemas conductuales, hecho que ha generado la aparición de problemas de aprendizaje que provocan una disminución del rendimiento escolar, fragilidad emocional, trastornos de déficit de atención y situaciones que afectan gravemente la calidad de vida del niño y su familia.
Por ello, y dado que dicha dolencia puede concurrir con otros trastornos de salud en un mismo paciente, especialistas procedentes de diferentes ámbitos de la medicina española han presentado un consenso para su diagnóstico y tratamiento. Los especialistas han diseñado un patrón de diagnóstico y tratamiento adaptado a los pacientes dependiendo de las dolencias que presente.