La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao ha inaugurado la edición número 46 de la Semana Médica de Bilbao, que se celebra en Bilbao en la sede de la Sociedad Bilbaina, del 1 al 3 de octubre, bajo el título "Actualización en el manejo de las úlceras venosas". La Semana Médica de Bilbao ha sido inaugurada por el doctor Víctor Echenagusia, tesorero de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB) y el doctor Ángel Barba, cirujano vascular de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, presidente de la sección de Angiología y Cirugía Vascular de la Academia y coordinador y moderador de la Semana Médica de Bilbao.
La primera de las conferencias programadas ha versado sobre las "Úlceras venosas, epidemiología, tratamientos médicos y quirúrgicos, y vendajes compresivos". La conferencia ha sido impartida conjuntamente por el doctor Luis Estallo, jefe de sección del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Galdakao-Usansolo, y la doctora Melina Vega de Céniga, médica adjunta de este servicio de la OSI Barrualde-Galdakao.
Tal y como ha señalado el Dr. Estallo, "las úlceras venosas constituyen el 80% de las úlceras en las piernas. Su importancia es tal que presentan una incidencia de hasta 5 nuevos casos por mil personas anualmente, lo que supone que, cada año se dan en España más de 200.000 nuevos casos de pacientes con úlceras venosas". Además, la incidencia "aumenta con la edad, afectando al 4 % de los mayores de 65 años y es más frecuente en mujeres".
El experto ha recordado que "las úlceras venosas requieren una media de 6 a 12 meses para cicatrizar completamente. Solo el 8% cicatriza antes de tres meses y el 10% supera los cinco años de evolución. Además, entre el 40 y el 50% de las úlceras venosas recurrirá (se volverá a abrir) durante el primer año, y el 70% se volverá a abrir dentro de los cinco años siguientes a la cicatrización inicial". Todo ello, incluyendo que "el 20% de las úlceras venosas tiene una patología arterial asociada, lo que implica aún peores tasas de cicatrización", supone que a este problema de salud se destine "el 2% del gasto sanitario total, principalmente en tiempo de enfermería".
Una úlcera venosa se define como "una solución de continuidad en la piel entre la rodilla y el pie que se mantiene abierta más de cuatro semanas y que se origina por una hipertensión venosa en la extremidad". Esta hipertensión venosa puede deberse a diversas causas y afecta a los tejidos de la zona. Según detalla el jefe de sección del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Galdakao-Usansolo, "por las condiciones locales y la hipertensión venosa mantenida, el proceso normal de cicatrización, con las fases de sangrado, inflamación autolimitada, proliferación y remodelación, se ve interrumpido en una fase persistente de inflamación y destrucción de proteínas esenciales para la reparación, que cronifica la úlcera e impide su cierre".
Entre los factores de riesgo enumerados por el experto para el desarrollo de una úlcera venosa se pueden señalar "la edad, el sexo femenino, la obesidad, la inmovilización, la ausencia congénita de válvulas en el sistema venoso y la trombosis venosa profunda". Asimismo, los factores de mal pronóstico para su cicatrización son "la duración de la úlcera durante más de un año, la recurrencia, la fibrosis cutánea severa, el tamaño de la úlcera mayor de 6 cm, la edad avanzada, la inmovilidad, la obesidad y la patología arterial asociada".
Diagnóstico y tratamiento
Por su parte, la doctora Melina Vega de Céniga, médica adjunta del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Galdakao-Usansolo (OSI Barrualde-Galdakao), ha destacado que la mayor parte de los pacientes con úlceras venosas "acuden a la atención primaria, que inicia el tratamiento. Pero a menudo estas úlceras se manejan de forma paliativa, con curas, sin derivación a un especialista en Angiología y Cirugía Vascular que pueda valorar y tratar la enfermedad venosa de base. Muchos pacientes son remitidos al especialista cuando la úlcera se ha cronificado y ha aparecido fibrosis, siendo entonces mucho más difícil de tratar y más frecuente la recidiva".
La experta ha desgranado durante su intervención en la 46.ª Semana Médica de Bilbao "los pilares del tratamiento", que son la terapia compresiva, los cuidados tópicos, el tratamiento farmacológico y el tratamiento quirúrgico.
Según ha indicado la Dra. Vega de Céniga, la terapia compresiva "reduce el diámetro del sistema venoso y mejora el funcionamiento de las válvulas, facilitando el retorno venoso; mejora la reabsorción capilar, reduciendo el edema y los cambios cutáneos, y, con lo anterior, disminuye la inflamación local, reduciendo el exudado y el tejido desvitalizado, favoreciendo la cicatrización efectiva de la úlcera. La terapia compresiva se realiza con vendajes específicos multicapa o medias elásticas por parte de un facultativo o enfermero especializados".
Los cuidados tópicos de la úlcera requieren "limpieza, desbridamiento, gestión del exudado, desestructuración del biofilm (ecosistema microbiano) y cuidado de la piel que rodea la lesión. Los productos a utilizar varían según la fase de cicatrización en la que se encuentre la úlcera, y la elección también debe ser dirigida por personal especializado y con experiencia".
En cuanto al tratamiento farmacológico, "las guías clínicas internacionales recomiendan la toma de fracción flavonoide purificada micronizada o la sulodexida como tratamiento coadyuvante en los pacientes con úlceras venosas, ya que han demostrado que aceleran la cicatrización de las mismas. El uso de antibióticos solamente se recomienda en caso de infección clínica. La colonización de la úlcera por gérmenes pero sin infección manifiesta no se debe tratar con antibióticos, se debe abordar únicamente con productos antimicrobianos tópicos, como los apósitos de plata".
Por último, la doctora Melina Vega de Céniga ha abordado el tratamiento quirúrgico, señalando que "todo paciente con una úlcera venosa activa debe ser estudiado por un cirujano vascular. Está demostrado que el tratamiento quirúrgico o endoluminal venoso aumenta la tasa de cicatrización de las úlceras y reduce el tiempo en el que ésta se consigue, además de disminuir el riesgo de recidiva. Esta valoración y tratamiento quirúrgico deben ser lo más precoces posibles", ha concluido.