El Comité de Ética de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha dado luz verde a un proyecto de investigación cuyo objetivo es identificar las causas de abortos involuntarios no explicables mediante las técnicas de diagnósticas existentes en la actualidad.
El proyecto está liderado por la Clínica MARGen de Granada en el colaboran la Universidad de Granada y la empresa de biotecnología Bioavan i+D+i de Sevilla. En su Dictamen, el Comité de Ética se considera "que la capacidad de los investigadores y los medios disponibles son apropiados para llevar a cabo el estudio" y "que se cumplen los requisitos necesarios de idoneidad del protocolo".
Según Jan Tesarik, director del proyecto, un embarazo se puede perder por diferentes causas, si bien las más frecuentes están relacionadas con la calidad de óvulos y de los espermatozoides. "Sin embargo –señala-, hay casos de abortos involuntarios no explicables mediante las técnicas diagnósticas existentes y este proyecto tiene como objetivo identificar su origen".
Killer cells
El proyecto estudiará el papel de las llamadas "células asesinas" en este proceso. Las "killer cells" son un tipo de glóbulos blancos que normalmente combaten tumores y facilitan la anidación del embrión en el útero, participando en la reestructuración de los tejidos uterinos, necesaria para acoger el embrión. "Pero hay situaciones –indica Tesarik- en las que estas células dejan de preparar el terreno para la anidación del embrión y, en lugar de ayudarle, lo atacan hasta evitar su implantación o provocar un aborto involuntario".
La clave de este fenómeno está en las moléculas reguladoras llamadas citocinas. Bajo el efecto de ciertos tipos de citocinas las células cambian de diana y actúan como asesinas de embriones. "Nuestro proyecto –explica el director de la Clínica MARGen- tiene como objetivo desarrollar métodos para identificar la expresión de las citocinas responsables de esta transformación".
Abortos recurrentes
Las pacientes interesadas son todas mujeres con fracasos de reproducción asistida sin causas evidentes así que todas otras mujeres que han tenido abortos involuntarios en el pasado.
Según Tesarik, las células asesinas pueden ser responsables de la mayoría de fracasos de implantación embrionaria en programas de donación de óvulos, cuando no se detectan anomalías ni en los espermatozoides del marido ni en la morfología de la cavidad uterina. En caso de confirmar esta hipótesis, la puesta a punto de métodos terapéuticos adecuados para las pacientes afectadas será el próximo paso.
Además del doctor Tesarik, el equipo de investigación está formado por el doctor Nicolás Mendoza, profesor del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada, y por el doctor Manuel González del Valle, director de la Empresa Bioavan I+D+i de Sevilla.