Según un estudio realizado por la Universidad de East Anguila y la Universidad de Harvard (Estados Unidos) publicado en American Journal of Clinical Nutrition, el consumo de una porción de arándanos a la semana reduce la posibilidad de sufrir hipertensión en un 10%.
Las antocianinas, unos compuestos bioactivos presentes en los arándanos, protegen contra la hipertensión. Asimismo, las antocianinas, que pertenecen a la familia de los flavonoides, se encuentran también en grandes cantidades en las grosellas negras, las frambuesas, las berenjenas y la sangría.
Los flavonoides están presentes, aunque en menos cantidad, en numerosos tipos de fruta, vegetales, granos y hierbas. Hasta el momento, se sabía que los flavonoides presentes en el té, el zumo de frutas, el vino rojo y el chocolate negro reducen el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Este estudio sugieren que la ingesta adecuada de antocianinas podría contribuir a la prevención de la hipertensión. Los arándanos fueron la fuente más rica en este estudio en particular, pero otras fuentes ricas en antocianinas son las grosellas negras, las naranjas de sangre, berenjenas y las frambuesas.