Consejos para cuidar la piel en invierno

Mejillas, orejas, labios, manos y pies: zonas que requieren un cuidado extra
La fotoprotección debe usarse también en invierno
Cuando se ponga la calefacción es recomendable usar humidificadores

Las bajas temperaturas del invierno hacen que la piel pueda verse más perjudicada y esté más sensibilizada. Zonas como las mejillas, pabellones auriculares, labios, manos y pies, que tienen una menor proporción de glándulas sebáceas y con una circulación terminal las hace ser más sensibles a los efectos del frío. La Dra. Cristina Nuñez, dermatóloga del Hospital La Milagrosa de Madrid, ofrece los siguientes consejos para mantener una piel sana en invierno.

Hidratar la piel a diario con cremas que contengan una mayor cantidad de lípidos. A nivel corporal aplicarla siempre después del baño y con la piel todavía algo húmeda para así favorecer su absorción. Si después nos ponemos un albornoz de algodón ajustado la absorción de la crema es mucho más eficaz.

En la cara es importante, además de la hidratación, aplicar a diario una protección solar con un  SFP alto (del 30 en adelante). No hay que olvidar que en invierno también sufrimos el efecto de la radiación UV, máxime en zonas de nieve donde, por efecto del reflejo solar, es todavía más intenso el daño. Olvidar este aspecto puede hacer que se tenga que acudir, incluso al servicio de urgencias, con un importante eritema solar después de una jornada de esquí un día soleado. Recordar aplicar el protector solar en cara y labios cada dos a tres horas para que su protección sea más eficaz.

Otra zona que requiere un especial cuidado son las manos. Aplicar crema hidratante varias veces al día y poner guantes es esencial para evitar esas grietas tan dolorosas y los temidos sabañones o perniosis provocados  por la vasoconstricción de los capilares que induce el frío.

Los labios es una de las zonas que antes empieza a sufrir los efectos del frío. Debido  al  escaso grosor de la semimucosa labial  la hace especialmente vulnerable a la deshidratación, con la consiguiente aparición de la molesta descamación y grietas que en ocasiones son muy dolorosas. Por ello es importante aplicar emolientes, tipo vaselina, con frecuencia varias veces al día  o bien cremas hidratantes labiales y si llevan protector solar mejor. Un consejo: humedecerse los labios con frecuencia, un reflejo frecuente e inconsciente que tienen muchas personas cuando presentan sequedad de labios. La saliva tiene escaso poder hidratante y a la larga empeora la situación de deshidratación del labio.

Con respecto a la higiene es importante el uso de limpiadores suaves y neutros con un mayor contenido en lípidos para así favorecer la hidratación y evitar agredir nuestra piel.

Se deben evitar los cambios bruscos de temperatura, sobre todo en pacientes con una piel sensible o intolerante.

Con la calefacción el nivel de humedad de los hogares tiende a bajar, por lo que es conveniente evitar la sequedad del ambiente con humidificadores en las habitaciones.

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