Consejos para evitar los síntomas del ojo seco en invierno

El ojo seco afecta a 5 millones de personas en España, sin embargo, más de la mitad de los que lo sufren, el 55%, no han sido diagnosticados

En los meses de invierno, las temperaturas frías, el viento o la calefacción pueden producir diferentes síntomas oculares, como la irritación, el ardor, la sensación de sequedad, la sensación de arenilla, el lagrimeo excesivo o la pesadez palpebral. En consecuencia, podemos padecer el síndrome del ojo seco, una afección que se produce porque la superficie ocular no se encuentra correctamente protegida por la lágrima, por un déficit en la cantidad o calidad de la película lagrimal. Por ello, resulta fundamental controlar la exposición a estos factores, así como tomar las medidas necesarias para mantener una buena salud ocular.

El ojo seco afecta al 11% de la población española, cerca de 5 millones de personas, y en mayor medida a las mujeres. Sin embargo, más de la mitad de los que lo sufren, el 55%, no han sido diagnosticados. De los afectados, solo el 34% recibe tratamiento para ponerle solución. En este sentido, Xavier Puig, director médico de Alcon España y Portugal, afirma que "es fundamental conocer esta enfermedad tan desconocida, ya que muchas veces el paciente no relaciona que los síntomas que padece pueden ser producidos por el ojo seco. Para combatirlo es necesario una solución que restaure la sequedad ocular y actúe con rapidez para mejorar la calidad de vida de los pacientes".

Realizar revisiones periódicas o proteger la superficie ocular correctamente son algunas de las recomendaciones para prevenir y tratar los síntomas del ojo seco:

  1. Utilizar gotas humectantes que mantienen la humedad ocular.
  2. Evitar el humo del tabaco para prevenir la irritación en los ojos.
  3. La calefacción incrementa la sequedad ambiental y aumenta la evaporación de la lágrima. Se recomienda utilizar humidificadores en el lugar de trabajo o en casa.
  4. En la nieve, utilizar gafas de sol para evitar el reflejo de los rayos ultravioleta en la córnea y la retina y los efectos del viento
  5. Evitar los ambientes fríos, que pueden provocar molestias y ojos llorosos.
  6. Realizar revisiones oftalmológicas periódicas, especialmente si existen antecedentes familiares de enfermedades oculares.

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