Consejos para evitar un golpe de calor dependiendo de la edad y del estado físico

Se considera golpe de calor cuando el cuerpo supera los 40ºC y sentimos mareo, agotamiento, náuseas, jaqueca, calambres musculares e incluso pérdida del conocimiento
Deben tener especial cuidado los ancianos con enfermedades, los niños y los deportistas, que son los grupos más vulnerables a sufrir un golpe de calor

Llega el verano y comienza la temida ola de calor, y es que no nos acostumbramos a tan repentinas y elevadas temperaturas que tienen un impacto directo en nuestro organismo y nuestra salud. Según Jose Ignacio Catalán, doctor especialista en medicina interna del Hospital Vithas San José, los golpes de calor se producen cuando el cuerpo es incapaz de controlar la temperatura y el cuerpo rebasa los 40ºC. "Es esencial que utilicemos la lógica y pongamos en práctica los consejos profesionales médicos. Aunque cualquier persona puede sufrir un golpe de calor, la situación se agrava entre los ancianos con enfermedades, bebés y niños, y deportistas, que se convierten en los perfiles más vulnerables ante una ola de calor" afirma el doctor.

Es importante que nuestro cuerpo no supere los 36ºC de temperatura, atendiendo a las señales de sed para evitar perder electrolitos, que es lo que provoca que nuestra temperatura corporal aumente. Según el Dr. Catalán, "la hidratación continua y una dieta "suave" son los puntos clave para hacer frente al fuerte calor; el agua siempre va a ser mejor que las bebidas "refrescantes", ya que su alto contenido en azúcar no resulta positivo a la hora de paliar el calor. Un café con hielo, por ejemplo, es más efectivo que un helado o una cerveza, ya que generan una sensación de frescor momentánea, pero a largo plazo deshidratan y provocan más sed".

En cuanto a la dieta, el doctor aconseja reducir la ingesta de grasas y proteínas, sustituyéndolo por frutas y verduras, alimentos ricos en solutos y electrolitos, que resultan esenciales para mantener saludable la musculatura, el equilibrio de líquidos y el ácido-base del cuerpo.

Los más pequeños de la casa no tienen edad suficiente para utilizar su propia lógica y decidir cuánto beber o qué comer, por eso es importante que sus padres verifiquen que su dieta y sobre todo, su hidratación, se cumple. La dieta debe estar formada por verduras y frutas, sobre todo si sufren fiebre o diarrea, acompañado de abundante agua.

Además, los más pequeños aprovechan el verano para jugar en la calle y están muchas horas fuera de casa. Por eso, es aconsejable evitar que estén a pleno sol durante las horas que más calienta el sol, es decir, entre las 12 de la mañana y las 16 de la tarde. Asimismo, la ropa debe de ser de materiales finos, cómodos y transpirables, y es muy importante que lleven la cabeza protegida con un gorro, un sombrero o una visera.

En el caso de los deportistas, es esencial que realicen su actividad física en lugares cerrados y, cuando ejerciten al aire libre, que sea en las horas más frescas del día, a primeras horas de la mañana o por la tarde cuando cae el sol. El Dr. Catalán advierte sobre el riesgo de realizar ejercicio cuando la temperatura ambiente supera los 30ºC. Las bebidas isotónicas son reconfortantes para los deportistas, pero tenemos que tener en cuenta que nunca debemos abusar de ellas: "debemos compensar estas bebidas con la ingesta de agua, ya que estas bebidas tienen demasiado azúcar", advierte.

Por último, lo más importante para los más mayores es llevar una dieta suave con mucho líquido, como puede ser un caldo de verdura, acompañado de agua para estar bien hidratados constantemente. Además, si éstos sufren diabetes, hipertensión o toman medicamentos para  enfermedades como el alzhéimer o la depresión, sus mecanismos de compensación pueden estar alterados, lo que repercute negativamente en su defensa corporal ante el calor.

Síntomas como la fatiga, el cansancio, náuseas, mareos, taquicardias, exceso de sudoración, sequedad o incluso la pérdida de consciencia, en los casos más graves, son puntos clave para saber que debemos hidratarnos y que, posiblemente, sea el principio de un golpe de calor. En este caso, el especialista aconseja trasladar al afectado a un sitio con ventilación y fresco. Quitarle la ropa y poner paños mojados con agua fría "aproximadamente 25ºC, nunca una temperatura inferior para que los vasos sanguíneos no se colapsen" en axilas, ingles y cuello. Posteriormente el afectado debe ser trasladado a un centro hospitalario ya sea por quienes le acompañan o por una ambulancia, si es necesario.

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