Cribados periódicos para detectar de forma temprana el peor tipo de cáncer de piel: el melanoma

El 23 de mayo se celebra el Día Mundial contra el Melanoma, la forma más grave de cáncer de piel que, por ejemplo en España, afecta a unas 16 personas por cada 100.000, una incidencia que va en aumento según los datos recabados por la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). En total se detectan más de 7.000 nuevos casos cada año, en su mayoría localizados en pacientes mayores de 45 años.

La enfermedad se origina cuando los melanocitos, las células que dan el color bronceado a la piel, comienzan a crecer sin control. Aunque es menos frecuente que otros tipos de cáncer de piel, su carácter casi silente aumenta el riesgo de que se propague a diferentes partes del cuerpo si no se detecta a tiempo.

"Por eso es importante realizar revisiones periódicas con el especialista en dermatología, ya que nos puede ayudar a descubrir el problema de forma temprana y hará que su tratamiento sea mucho más sencillo y sus complicaciones mucho menores", explica el Dr. José Luis López Estebaranz, presidente del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (CILAD).

Señales de alarma

Los tumores de tipo melanoma suelen ser de color marrón o negro, aunque también pueden presentarse en tonos rosados o rojizos. Las zonas de aparición más frecuentes son el pecho y la espalda de los hombres y las piernas de las mujeres, así como el cuello y la cara. No obstante, se puede desarrollar además en las palmas de las manos, las plantas de los pies o debajo de las uñas (que se detectan, sobre todo, en personas de raza negra) y, en raras ocasiones, en los ojos, la boca, los genitales y el área anal.

Hay que tener muy en cuenta también los factores de riesgo que se dan en cada paciente: antecedentes familiares, edad madura o avanzada y un historial de exposición excesiva a la radiación ultravioleta, tanto solar como de cabinas bronceadoras, son algunas de las variables que pueden favorecer su aparición. "La piel es un órgano que tiene memoria, si hemos padecido quemaduras de sol en nuestra niñez y juventud debemos estar alerta, la radiación ultravioleta intensa en la juventud daña el ADN celular y con la edad aumenta el riesgo de cáncer cutáneo", indica López Estebaranz.

También debemos prestar atención cuando localizamos lunares (llamados nevus) con una forma anormal, asimétrica, que pueden aparecer, incluso en el cuero cabelludo. Y a aquellos que se presentan de nacimiento, sobre todo si son muy grandes, ya que tienen mayor riesgo de convertirse en melanomas.

"Han de tener especial cuidado aquellas personas con la piel muy blanca que se queman o se llenan de pecas con facilidad. También si existen antecedentes entre familiares de primer grado (padres, hermanos, hijos) ya que se calcula que el 10% de los casos tienen ese vínculo. O aquellos que han padecido cualquier otro tipo de cáncer de piel o que tienen un sistema inmunitario debilitado", puntualiza el experto.

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