Las bolas chinas es un juguete sexual de origen oriental que ha pasado de venderse en los sexshop a las farmacias debido a la acción estimuladora que ejercen sobre la musculatura del suelo pélvico, que tonifica y mejora esta zona.
Son muchas las mujeres que sufren de debilidad en el suelo pélvico. Los partos, la edad y la menopausia relajan esta zona del cuerpo, motivando alteraciones en la vida sexual de la mujer e incontinencia urinaria. Es conocido que fortalecer la musculatura del suelo pélvico es la mejor forma de prevenir y corregir la incontinencia urinaria leve. En este sentido, las bolas chinas pueden ser una gran ayuda para tratar estas dolencias. Se colocan de forma sencilla utilizando un lubricante y colocándolas como un tampón, y basta con llevarlas puestas durante media hora o una hora al día para obtener buenos resultados. Dentro de cada una de las bolas chinas hay otra bolita que tiembla al moverse la mujer que las lleva en la vagina y este pequeño movimiento produce un estímulo en la musculatura que promueve la contracción muscular repetida. Así, al andar o al correr, los músculos se ejercitan de una manera activa.
Sin embargo, las bolas chinas pueden ser fuente de contagio de bacterias y hongos y la zona genital es muy propensa a estas infecciones. Por ello, estas bolas se deben esterilizar durante 10 minutos en agua hirviendo antes de usarlas por primera vez y de cuando en cuando. Antes y después de cada uso es importantes lavarlas concienzudamente con agua y un jabón neutro. Se deben guardar en una bolsa de tela al resguardo de cualquier humedad.
Hasta hace poco, los sexólogos recomendaban utilizar las bolas chinas para mejorar las relaciones íntimas pero, ahora, son los ginecólogos y los fisioterapeutas de todo el mundo los que reconocen sus virtudes para tratar la incontinencia urinaria.