Hoy se celebra el Día Mundial del Ictus, una fecha en la que la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) quiere recordar lo importante que es la prevención para evitar que aparezca, ya que se ha convertido en la primera causa de muerte entre las mujeres españolas y la tercera en los hombres.
Según destaca el presidente de la SEA, Fernando Civeira, para prevenir el ictus hay que "seguir unos hábitos de vida saludables, es decir, practicar regularmente ejercicio físico y llevar una dieta equilibrada, en la cual debemos reducir la cantidad diaria de sal ingerida, ya que contribuye a la aparición de hipertensión, y también las grasas saturadas, porque elevan los niveles de colesterol en sangre".
"La hipertensión e hipercolesterolemia son dos de los factores de riesgo cardiovascular más importantes que contribuyen a la aparición de arteriosclerosis y posteriormente, pueden desencadenar en ictus", añade el doctor.
Los ictus se han convertido en una enfermedad neurológica muy común, con efectos secundarios muy graves, y un elevado riesgo de muerte. Aproximadamente el 85% de todos los ictus son isquémicos, es decir, relacionados directamente con la arteriosclerosis. Se producen al depositarse grandes concentraciones de colesterol en las arterias que van al cerebro hasta que se produce su obstrucción.
Para evitar la arteriosclerosis, es decir, el estrechamiento de las arterias, es de vital importancia controlar los factores de riesgo cardiovascular. Conseguir mantener unos niveles adecuados de colesterol y triglicéridos en sangre, regular la presión arterial, evitar la aparición de diabetes u obesidad y abandonar el hábito de fumar.
En este sentido, las Unidades de Lípidos de la SEA, que consiguen mejorar la calidad de vida a pacientes que presentan varios factores de riesgo y que están presentes en hospitales de todo el país, han conseguido reducir casi a la mitad la probabilidad de padecer ictus isquémicos en personas con elevado riesgo vascular en sus más de 25 años de vida.
Existe otro tipo de ictus que no se está relacionado con factores de riesgo cardiovasculares, sino por malformaciones genéticas y por tanto, se pueden prevenir de forma más difícil.
Además de la prevención primaria, muy importante para que el ictus no se desencadene, las personas que ya hayan padecido un ictus deben centrarse en la prevención secundaria para evitar que vuelva a repetirse un episodio igual.