Diez claves para cuidar nuestro corazón

El próximo 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón.
La hipercolesterolemia y la hipertensión incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, que constituyen la principal causa de muerte en el mundo.
Desde Cinfa, el experto Eduardo González Zorzano indica que hay factores de riesgo que podemos controlar, como la dieta o el sedentarismo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. La hipercolesterolemia y la hipertensión son dos factores que incrementan el riesgo de padecer dichas enfermedades, que pueden afectar al corazón, al cerebro o al riñón.

El Día Mundial del Corazón, que se celebra el próximo 29 de septiembre, trata de concienciar a la población sobre la necesidad de prevenir estas patologías adoptando hábitos de vida saludables. Y es que, como indica Eduardo González Zorzano, asesor médico de Cinfa, "la anticipación y la prevención resultan primordiales para reducir el riesgo cardiovascular. El corazón, las arterias y las venas distribuyen la sangre por nuestro cuerpo para transportar a las células el oxígeno y las sustancias que necesitan. Un fallo en este proceso desemboca en serios problemas de salud que, cuando se manifiestan, ya son crónicos", añade.

El colesterol ‘malo' y la ‘enfermedad silenciosa'

Según los datos de la encuesta EuroHeart II, elaborada por la  Red Europea del Corazón (EHN), el 56,1% de los españoles de más de 25 años presenta niveles elevados de colesterol en la sangre. "Este tipo de grasa es necesaria para el correcto funcionamiento del organismo, pero una concentración en sangre mayor de 200 mg/dl puede resultar peligrosa: las grasas tienden a acumularse en el interior de las arterias, lo que impide un correcto flujo sanguíneo y obliga al corazón a un mayor esfuerzo para bombear la sangre", explica González Zorzano.

Por otro lado, la presión arterial por encima de niveles de 140 mmHg puede lesionar las paredes de los vasos sanguíneos. Según la Sociedad Española de Hipertensión (SEH-LELHA), esta dolencia afecta a cerca del 40% de la población adulta en España, aunque en muchos casos los propios afectados desconocen que la sufren, dado que puede no presentar síntomas hasta que se produce un infarto, o un problema cardiovascular grave similar. El riesgo de padecer la conocida como ‘enfermedad silenciosa' aumenta "si existen antecedentes familiares de cardiopatías coronarias, accidentes cerebro-vasculares u otras enfermedades relacionadas. También la edad o una menopausia temprana en la mujer predisponen a padecer estos problemas", comenta el experto de Cinfa.

Es decir, hay diversos factores genéticos que no pueden evitarse y enfermedades como la diabetes, que  predisponen a estas patologías, pero también existen otros aspectos, como la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo, sobre los que sí podemos actuar. "Podemos dejar de fumar, hacer ejercicio y controlar la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia mediante una alimentación adecuada y unos hábitos saludables, todo ello con el objetivo de prevenir las enfermedades cardiovasculares", asegura Eduardo González Zorzano.

10 recomendaciones para prevenir las enfermedades cardiovasculares

  1. Vigila la báscula. El peso es uno de los factores de riesgo que predisponen a sufrir problemas cardiovasculares, por lo que debemos mantener el índice de masa corporal (IMC) en los niveles adecuados.
  2. Haz ejercicio de forma regular. El ejercicio físico aérobico ayuda al corazón a trabajar más eficientemente, y reporta numerosos beneficios a nuestra salud, por lo que se recomienda caminar entre media y una hora diaria o practicar actividades como el baile, la natación o el ciclismo.
  3. Cuidado con el estrés. El aumento de la ansiedad y la tensión emocional resultan muy peligrosos para el corazón, por lo que conviene relajarse y, en medida de lo posible, evitar el estrés en casa y en el trabajo.
  4. Opta por la cocina saludable. Debemos cocinar los alimentos al vapor, al horno o a la plancha, y evitar las frituras y las salsas. Así mismo, resulta muy conveniente incluir en nuestra dieta aceite de oliva por sus propiedades cardiosaludables y evitar la mantequilla y la margarina.
  5. Reduce al mínimo las grasas animales. Son preferibles las carnes blancas, el pollo sin piel y los pescados azules. Tampoco debemos olvidar la importancia de consumir abundantes verduras, legumbres, fruta y fibra a diario.
  6. Deja la sal en el salero. La sal incrementa la tensión, por lo que no hay que abusar de ella. Para no restar sabor a nuestras comidas, podemos sustituirla por apio, especias o hierbas aromáticas.
  7. Huye del tabaco. Debemos evitar tanto fumar como ser fumadores pasivos, pues el tabaco incrementa de manera considerable el riesgo cardiovascular.
  8. Modera el consumo de café y alcohol. No son recomendables más de dos o tres tazas de café diarias o más de dos o tres vasos de vino al día, en el caso de los hombres, y uno y medio, en el de las mujeres.
  9. Mide periódicamente tus niveles de tensión, glucosa y colesterol y sigue tu tratamiento. Todos los adultos de más de cuarenta años deben vigilar sus niveles de tensión, glucosa y colesterol, sobre todo si tienen antecedentes familiares. En aquellos casos en los que se diagnostique una enfermedad o riesgo cardiaco, el especialista establecerá el tratamiento pertinente.
  10. Consulta al farmacéutico la posibilidad de recurrir a complementos nutricionales. En ocasiones, puede ser recomendable complementar nuestra dieta con soluciones nutricionales que nos garanticen un aporte extra de determinadas sustancias beneficiosas para nuestro organismo. Los complementos de Omega-3 ayudan a regular el metabolismo de los triglicéridos, mientras que los de péptidos lácteos y potasio contribuyen a mantener niveles adecuados de tensión.

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