Diez consejos para el cuidado digestivo

Problemas como las malas digestiones, los gases o el estreñimiento son molestias muy frecuentes que se asocian a desequilibrios en la flora intestinal.
Eduardo González Zorzano, asesor médico de Cinfa, recomienda una dieta equilibrada que incluya probióticos y prebióticos para protegerla y evitar problemas.

Después de las comidas, al tomar determinados alimentos o de manera esporádica, un gran número de españoles sufre molestias digestivas. A menudo, estos problemas están provocados por desequilibrios en la flora intestinal, que es el conjunto de microorganismos beneficiosos mayoritariamente bacterias, que habitan en nuestro intestino, y que tienen funciones beneficiosas tanto para el funcionamiento del sistema digestivo como para nuestra salud general.

Eduardo González Zorzano, asesor médico de Laboratorios Cinfa explica que "nuestra flora intestinal o microbiota está compuesta por unos cien billones de bacterias, y la mayoría de ellas habita en el colon. El conjunto total llega a alcanzar un peso de hasta 2 kg, similar al de nuestro hígado".

Estos microrganismos realizan funciones esenciales para el organismo, relacionadas con su protección frente a la implantación de las bacterias patógenas, con el metabolismo de los alimentos y con el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, Así, detalla el experto, "la flora colabora en la producción de vitaminas; facilita una correcta absorción de minerales como el calcio, el hierro y el magnesio, favorece el ritmo intestinal y activa el sistema inmunológico, aumentando las defensas".

Sin embargo, estas funciones y la composición de la flora intestinal pueden verse alteradas por factores como la edad, las infecciones, el consumo de antibióticos, viajes a otros lugares del mundo, hábitos poco saludables como el tabaco o el alcohol, y algunas enfermedades como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Chron entre otras. "Cuando esto sucede, cuando algo desequilibra la flora, surgen el estreñimiento, las diarreas, las malas digestiones, los gases o la distensión abdominal. También se crea una mayor predisposición a infecciones, alergias o dermatitis atópica y otras enfermedades. Por lo tanto, el cuidado de la flora intestinal es fundamental para mantener una buena salud", recuerda el asesor de Cinfa.

Prebióticos y probióticos para prevenir y restaurar la flora

El correcto mantenimiento de la flora está directamente relacionado con un estilo de vida saludable y una alimentación adecuada. Así mismo, la incorporación a nuestra dieta de probióticos y prebióticos constituye una fórmula de prevención muy recomendable. "Los probióticos son complementos alimenticios a base de microorganismos vivos que ayudan a mejorar, restaurar y mantener la composición de la flora intestinal", indica González Zorzano. "Por su parte, los prebióticos son un tipo de fibra que estimula el crecimiento de la microbiota, especialmente en la tercera edad, y alimenta tanto a la flora como a los probióticos que se ingieran".

En palabras del experto, "consumidos habitualmente en las cantidades adecuadas, probióticos y prebióticos refuerzan nuestras defensas, disminuyen el riesgo de enfermedades y mejoran el tránsito intestinal. Pero, sobre todo, debemos mantener unos buenos hábitos digestivos que aseguren el equilibrio de nuestra flora".

10 consejos para darle vida a tu flora:

  1. Realiza cinco comidas al día.
    Desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Y siempre siguiendo unos horarios regulares. Debemos tomarnos nuestro tiempo para cada una de estas comidas y prestar atención para masticar bien. De esta forma, facilitaremos la digestión.
     
  2. Aumenta el consumo de fibra.
    Es recomendable tomar entre veinte y treinta gramos de fibra al día, porque favorece el tránsito intestinal. Esta sustancia se encuentra en las verduras, hortalizas, frutas y legumbres, así como en los frutos secos, las harinas y los cereales integrales.
     
  3. Reduce al mínimo las carnes no magras y toma más pescado.
    Son preferibles las carnes blancas, el pollo sin piel y los pescados azules. Así mismo, resulta muy conveniente incluir en nuestra dieta aceite de oliva y evitar grasas como la mantequilla y la margarina.
     
  4. Sí a los lácteos y sus derivados.
    Debemos tomar diariamente yogures, quesos y leches fermentadas, puesto que son ricos en nutrientes y bacterias beneficiosas, que enriquecen y favorecen la composición de la flora intestinal.
     
  5. Ingiere líquidos en abundancia.
    Una correcta hidratación es básica para favorecer las digestiones y la evacuación. Al menos, debemos beber entre un litro y medio o dos al día, y sin esperar a tener sed. Es preferible tomar agua, aunque también pueden ser caldos, zumos o infusiones.
     
  6. Ve al baño cuando sea necesario.
    No se debe reprimir el deseo de evacuar, pues puede causar alteraciones en el tránsito intestinal, lo que alteraría el equilibrio de la flora.
     
  7. Realiza ejercicio físico.
    Cada día, intenta practicar alguna actividad física como correr o caminar, para agilizar el tránsito intestinal y mantener un peso adecuado. Sobre todo cuando se sufre de estreñimiento, se recomienda realizar ejercicios específicos para fortalecer la musculatura abdominal.
     
  8. Huye del tabaco y modera el consumo de alcohol y café.
    Debemos evitar tanto fumar como ser fumadores pasivos e, igualmente, limitar el consumo de alcohol a dos vasos de vino al día como máximo, en el caso de los hombres, y a uno y medio en el de las mujeres. Tampoco son recomendables más de dos o tres tazas de café diarias.
     
  9. Recurre a complementos nutricionales para aumentar tu bienestar digestivo.
    Los probióticos y prebióticos pueden ayudarnos a prevenir y mitigar las molestias intestinales que podamos padecer. Los probióticos y prebióticos regulan la función intestinal, aumentan nuestras defensas, y disminuyen el riesgo de infecciones.
     
  10. Consulta a tu farmacéutico de confianza.
    Él valorará qué probióticos son los más beneficiosos para tu organismo y te asesorará sobre la dosis y administración más adecuada. En cualquier caso, un probiótico de calidad debe asegurar entre otras características su supervivencia en el tracto gastrointestinal y ha de contar con validación científica.

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