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La fibromialgia es un motivo frecuente de consulta en Reumatología y aunque afecta de manera preferente a mujeres de entre 30 y 50 años, puede darse en los hombres y también en los niños.
Muchas de las personas que la padecen se sienten maltratadas porque van de un especialista a otro o son etiquetados de pacientes puramente psiquiátricos. Y es que hay muchos médicos que todavía no están familiarizados con esta patología y diagnostican de fibromialgia patologías que no lo son. En otras ocasiones, hay personas que saben que el diagnóstico de esta enfermedad es clínico y fingen padecerla buscando un fin rentista, lo que ha dado mala fama a una patología real. Por eso es importante que el manejo de la misma sea multidisciplinar.
La Dra. Paloma García de la Peña Lefebvre, jefa del Servicio de Reumatología de HM Hospitales, explica la realidad de la fibromialgia: "Se trata enfermedad de causa desconocida de curso crónico que se caracteriza porque las personas que la padecen presentan dolor crónico difuso localizado principalmente en articulaciones y músculos que, en ocasiones, se puede acompañar de sensación de rigidez en dichas localizaciones".
Además del dolor, en la mayoría de los casos aparecen otros síntomas como el cansancio intenso, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, colon irritable, Fenómeno de Raynaud y alteraciones del estado de ánimo que pueden ir desde la ansiedad, irritabilidad, cambios de humor hasta cuadros depresivos severos.
Causas y diagnóstico
Si bien la causa de la fibromialgia es desconocida, se sabe que hay un trastorno de la modulación del dolor. Todas las personas tienen un umbral a partir del cual presentan dolor si se les somete a un estímulo determinado de cierta intensidad. En estos pacientes este listón está más bajo de lo normal y sienten un dolor intenso frente a estímulos que normalmente no producen dolor.
La Dra. García de la Peña declara que "es frecuente que cuando hacemos la historia clínica en la primera consulta, encontremos que antes del inicio de los síntomas, la persona haya atravesado una situación estresante y/o traumática que puede haber contribuido a desarrollar el cuadro o sido el desencadenante del mismo".
La experta añade que hay que tener en cuenta que el diagnóstico de fibromialgia es exclusivamente clínico y se basa en la presencia del dolor generalizado crónico que debe estar presente al menos 3 meses seguidos, los demás síntomas ya mencionados y la presencia en la exploración clínica de dolor intenso de unos puntos anatómicos llamados "puntos gatillo", localizados en las inserciones tendinosas. Para poder diagnosticar a un paciente de fibromialgia debe haber al menos dolor a la presión de 11 de los 18 puntos:
Inserción de los músculos suboccipitales; por debajo del músculo esternocleidomastoideo; el punto medio del borde superior del trapecio; el origen del músculo supraespinoso, por encima de la espina escapular, cerca del borde medio; la segunda costilla, en el borde lateral de la unión condrocostal; dos centímetros por debajo del epicóndilo lateral; el cuadrante superior externo del glúteo; la parte posterior de la prominencia trocantérea mayor; la parte medial de la almohadilla de grasa proximal a la línea articular de la rodilla.
"Cuando estudiamos a los pacientes en la mayoría de los casos no encontramos una causa asociada a la cual atribuir la enfermedad, pero en otras ocasiones la fibromialgia se asocia a otras enfermedades reumatológicas inflamatorias, como son la artritis reumatoide y las espondiloartropatías; conectivopatías como el lupus eritematoso sistémico, enfermedad de Sjógren; patología tiroidea; enfermedad celiaca y sensibilidad al gluten" señala la Dra. García de la Peña.
En este sentido, se considera que un paciente padece una fibromialgia primaria cuando no se asocie a ninguna otra enfermedad y una fibromialgia secundaria cuando existe otra patología que se ha desarrollado de manera previa y que ha podido desencadenar la sintomatología del dolor generalizado.
Tratamiento
Hay que destacar dos aspectos fundamentales en el manejo del tratamiento:
1. Complementar la terapia farmacológica con hábitos de vida saludables.
-Es muy importante dormir bien, ya que un sueño reparador disminuye el dolor. Hay que evitar la cafeína, el tabaco y el alcohol.
-Se debe llevar una vida sana, relajada y mantener una actividad lo más normal posible. Las técnicas de relajación pueden ser beneficiosas.
-El ejercicio aeróbico es lo que más alivia los síntomas de la fibromialgia. Aunque el dolor lo pone difícil, se recomienda realizar ejercicios para el fortalecimiento muscular y la flexibilidad. Deportes como la natación, yoga, Pilates o bicicleta son muy apropiados.
-En cuanto al tratamiento farmacológico no existe un tratamiento curativo como tal, y cada paciente es tratado de forma personalizada con analgésicos, antiinflamatorios, ansiolíticos, antidepresivos…
2. Tratamiento multidisciplinar de la enfermedad: la fibromialgia tiene que ser tratada de forma conjunta por rehabilitadores, fisioterapeutas, reumatólogos, especialistas en dolor, psicólogos y psiquiatras. "El paciente no puede ir de un especialista a otro sin recibir respuesta y siendo tratado como un paciente puramente psiquiátrico", concluye la Dra. García de la Peña.