El 30% de las mujeres sufren incontinencia en el posparto como consecuencia de un parto difícil, por ser un bebé grande o necesitar usar fórceps o ventosa, pero también se relaciona con una mala atención durante el mismo por parte de los profesionales médicos.
Se dañan los músculos y los ligamentos que soportan los órganos pélvicos, produciendo un escape involuntario de orina en los días posteriores.
Por otra parte, una de cada ocho mujeres sufren de depresión grave tras dar a luz. Se trata de una afección grave que debe ser atendida médicamente y que nunca se debe confundir con la simple tristeza pasajera.
Los expertos médicos creen que esta depresión se produce por los cambios en las hormonas de la mujer después del parto. Además, las mujeres, que han sufrido de depresión en algún momento en sus vidas, tienen un riesgo mayor de sufrir de depresión después del parto.
Las dos afecciones, depresión e incontinencia, pueden guardar cierta relación. Así, un estudio llevado a cabo en Canadá ha encontrado que la incontinencia urinaria es un factor de riesgo para la depresión posparto. Por tanto, se debe animar a las mujeres, que han dado a luz, a hablar de este problema y a expresar sus preocupaciones al profesional médico que la atiende.