Aunque los trastornos de sueño en el niño se pueden manifestar desde el nacimiento, hay que tener en cuenta que, en el caso de los recién nacidos la alimentación marca las horas de sueño, como explica el doctor Manuel Sampedro, miembro de la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y pediatra del Centro de Salud Novoa Santos, de Orense.
Sin embargo, los pediatras conceden gran importancia al hecho de que los padres o cuidadores conozcan las características del sueño del niño en cada edad de desarrollo. Esto es vital porque "en el caso de los recién nacidos existe el sueño activo, que es cuando el niño duerme haciendo muecas y emitiendo sonidos, algo que los padres a veces confunden con cólicos y levantan al niño de la cuna rompiendo su ciclo de sueño", apuntó el doctor Sampedro.
Para evitar trastornos de sueño los pediatras hacen hincapié en la importancia de acostar al niño en la cama, que el ambiente sea tranquilo y con luz tenue. "Hay que seguir unas rutinas diarias para dormir al niño y tratar de que sea siempre a la misma hora, leerle un cuento, etc.", matiza el especialista.
Al dormir poco y no descansar puede verse afectado el desarrollo físico e intelectual. Además, "los trastornos de sueño pueden ser causa de retraso escolar y pueden hacer que el niño no rinda en el colegio. Cuando estos casos se investigan a fondo, se halla muchas veces un déficit de sueño, subraya el doctor Sampedro.
En este sentido, los pediatras confirman que el sueño nocturno debe ser de ocho o nueve horas pero, cuando esto no es así, el pediatra informa sobre la posibilidad de que "tal vez puedan apreciarse determinados signos de alarma que pueden indicar la existencia de algún trastorno como puede ser el rechazo del niño a acostarse, los despertares nocturnos, una excesiva somnolencia diurna, pesadillas o sonambulismo".