Según los datos de la primera Encuesta Nacional de Ingesta Dietética de la Población Española realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el 46% de los españoles no practica ningún deporte, ni siquiera camina 30 minutos diarios.
Este organismo señala el sedentarismo como una de las causas más relacionadas con el sobrepeso y la obesidad, ya que la ingesta energética media diaria de un español es de 2.482 kilocalorías, cantidad considerada como no excesiva, puesto que el nivel recomendado está entre las 2.550 y las 2.600 calorías en función de la actividad física de cada persona.
Los beneficios de una vida activa son muchos. Ayuda a tener un tejido muscular más fuerte que evita lesiones y distintos tipos de dolores, disminuye el estrés y el insomnio, libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo, etc.
Otro de los pilares básicos de la vida saludable es la alimentación. Una buena alimentación es aquella que aporta todos los nutrientes que el cuerpo necesita y que se basa en una dieta equilibrada y variada. Por eso, es importante incluir todo tipo de alimentos y bebidas tomados con moderación. La clave está en que la ingesta calórica sea coherente con las necesidades energéticas de cada persona, que pueden variar en función de la actividad física que se realiza, del sexo o de la edad.
La hidratación es un aspecto clave dentro de la nutrición. El agua interviene en la mayoría de los procesos fisiológicos que realiza el organismo, como la respiración, la termorregulación o la digestión. Además, influye en aspectos como el rendimiento físico y mental, entre otros. Por eso, es importante beber lo necesario. Los expertos en salud recomiendan en términos generales beber entre 2 y 3 litros diarios. Esa cantidad puede aumentar en muchas situaciones como al hacer deporte, cuando estamos sometidos a un esfuerzo físico intenso, cuando suben las temperaturas, etc.