El 59% de los paros cardíacos se producen en el hogar

Según un estudio publicado recientemente en Revista Española de Cardiología (REC), más de la mitad de las muertes súbitas cardiacas, un 58,6%, se producen en el domicilio, lo que afecta negativamente al pronóstico final ya que aumenta la proporción de paradas cardiorrespiratorias (PCR) no presenciadas  y, además, en estos espacios no se dispone de desfibriladores ni, normalmente, de personas con conocimientos en técnicas de resucitación cardiopulmonar  (RCP) y soporte vital avanzado (SVA).

En los últimos años, la muerte súbita ha tenido una gran presencia mediática a causa de casos relacionados con el mundo del deporte, tanto profesional como amateur. Sin embargo, el estudio recuerda que el grueso de los casos de paros cardíacos tienen lugar en los hogares. En estos espacios, el intervalo de intervención entre la detección de la parada y la llegada de los equipos de emergencias es mayor y se reduce la aplicación de técnicas de reanimación previas.

Desfibriladores en comunidades de vecinos

Según una encuesta realizada por la compa B+Safe, especializada en tecnologías de la salud y seguridad para las empresas, entre más de 2.000 personas, de las que el 60,9% eran mujeres, el 40% del total vivía en pisos, el 37,1% en pisos dentro de una urbanización, el 11,8% en vivienda unifamiliar y el 11% en vivienda unifamiliar dentro de una urbanización.  El 97,7% de los encuestados dijo que sabía qué es un paro cardiaco y menos de la mitad, el 42,9% afirmó saber reaccionar ante un paro cardiaco o una persona que no respira. Del total, el 33,1% de los encuestados dijo que conocía algún caso cercano de fallecimiento por paro cardiaco en el hogar. A la pregunta de si sabían qué era un desfibrilador (DESA/DEA) de uso público, el 92,6% contestó afirmativamente, si bien el 78,3% dijo que no sabía utilizarlo. Preguntados si se atreverían utilizarlo, el 53% dijo que si, después de recibir formación para su uso, el 37,7% que sí y el 9,3% que no. Por otra parte, el 81,2% de los encuestados dijo que le gustaría recibir formación en RPC (masaje cardiaco) y en el uso del desfibrilador, y el 18,8% dijo que no. Finalmente y a la pregunta de si es importante que tu urbanización u edificio disponga de un desfibrilador, "sabiendo que disponemos de un máximo de 5 minutos para actuar con seguridad ante un paro cardiaco", el 90,9% contestó afirmativamente.

Margen de supervivencia

La fase previa a la llegada de los equipos de emergencia ha demostrado ser crítica para la supervivencia, y es por tanto el área donde deben centrarse los esfuerzos de mejora. El inicio de la atención en los primeros ocho minutos se relaciona con una mayor probabilidad de llegar a ingresar en el hospital, y cada minuto que pasa disminuye un 10% la probabilidad de supervivencia. Según el Dr. Fernando Rosell, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), "hay un punto de no retorno a partir del cual los cardiólogos podemos mantener, pero no mejorar. Dependemos mucho de que se haya mantenido el flujo sanguíneo, mediante masaje cardiaco y, en el mejor de los casos, que se haya podido realizar una desfibrilación. Por eso es importante implicar y educar a la sociedad, porque la única manera de mejorar la atención a la muerte súbita es mediante la formación del primer interviniente y mediante el acceso público a desfibriladores".

Desde la Sociedad Española de Cardiología se reclama la integración de las técnicas de reanimación cardiopulmonar en el currículum educativo, así como la mayor implantación de desfibriladores en los lugares públicos. El Dr. Rosell concluye que, "debemos ser conscientes de la necesidad de tener desfibriladores en todos los espacios públicos, que es algo que ahora mismo no hay. Y, avanzando, las comunidades de vecinos grandes, o apartadas de las ciudades, también deberían tener uno, ya que para ellos va a significar ganar tiempo. El desfibrilador, con una sola vez que se use, ya está más que amortizado."

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