29 de octubre, Día Mundial del ictus

El 75% de los casos de ictus se da en personas mayores de 65 años

Las posibilidades de padecer un ictus aumentan a partir de los 65 años porque aumentan los factores de riesgo cardiovascular. Además se añaden las enfermedades coronarias, la anemia y el exceso de fármacos. Las emociones negativas, como estrés, depresión o soledad, pueden aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular

En España se producen 130.000 ictus al año. El 75% de los casos, en mayores de 65 años. A partir de esa edad, aumentan los factores de riesgo cardiovascular. La doctora Inmaculada Tarrero del Centro de Día expertos en mayores Vitalia Sarrià y colaboradora de smartsalus.com, destaca la importancia de la prevención y de acudir a un centro hospitalario en caso de presentar los síntomas del ictus aunque haya sido durante un corto periodo de tiempo.

Según el Observatorio del Ictus, 1 de cada 6 españoles sufrirá un ictus. Se trata de la segunda causa de muerte en España, la primera en el caso de las mujeres. Además, es la primera causa de discapacidad grave en el adulto. Tal y como destaca la doctora Tarrero "la prevención es clave". Para prevenir esta enfermedad es necesario controlar los factores de riesgo cardiovascular. Por un lado, es esencial dejar de fumar, "puede reducir el riesgo en el plazo de meses; después de 3 a 5 años de haber dejado de fumar, el riesgo desciende al de cualquier persona que no haya fumado". Es muy importante seguir una dieta variada, en la que se reduzca la grasa de origen animal y la sal. Además, y según un estudio publicado en la revista "Stroke: Journal of the American Heart Association", en el caso de las mujeres postmenopáusicas una dieta rica en potasio podría reducir las posibilidades de sufrir un ictus.

También es muy importante realizar ejercicio físico moderado y de forma regular. Media hora, tres o cuatro veces por semana puede ser suficiente y siempre adecuado a las posibilidades de cada persona, "caminar es un excelente ejercicio". En este punto hay que evitar el ejercicio agotador en personas ancianas.

Por otro lado, tal y como sostiene la Doctora Tarrero, las emociones negativas pueden aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Es decir, que sufrir depresión, estrés o soledad, pueden ser factores de riesgo. En este aspecto la especialista recomienda un seguimiento minucioso con el fin de que, en el caso de padecer algún tipo de síntoma de este tipo, sea tratado por un médico.

Del mismo modo, es crucial que, ante cualquier síntoma propio del ictus, como pérdida de fuerza, alteración del lenguaje, pérdida de visión o sensibilidad, se acuda lo antes posible a un centro hospitalario. Incluso, aunque se hayan percibido durante un corto periodo de tiempo. "Llegar a tiempo puede reducir de forma exponencial las secuelas y la muerte por este tipo de enfermedad", apunta la doctora Tarrero.

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