La patología dual, condición clínica en la que coexisten de forma simultánea o secuencial un trastorno adictivo y otro trastorno mental, tiene una prevalencia en España superior al 50% entre los pacientes que acuden a centros de salud mental y/o adicciones. Sin embargo, y pese a su alta frecuencia, más del 93% de los profesionales sanitarios de nuestro país califica de insuficientes los actuales recursos sanitarios integrados y específicos destinados para estos pacientes.
Así se desprende de la primera encuesta a nivel nacional realizada en España acerca de la disponibilidad de recursos específicos para el tratamiento de pacientes con patología dual, en la que han participado más de 650 profesionales sanitarios expertos procedentes de 553 centros de 235 ciudades españolas, incluyendo todas las comunidades autónomas.
Este estudio está recogido en el primer Libro Blanco de Recursos y Necesidades Asistenciales en Patología Dual, presentado hoy y promovido por la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) y la Fundación de Patología Dual, y que ha contado con la colaboración de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el Fondo de Bienes Decomisados por Tráfico Ilícito de Drogas y otros Delitos Relacionados, los Planes Autonómicos de Drogas encarnados por los Comisionados de Drogas de cada Comunidad Autónoma, y profesionales de toda España que han aportado su visión desde las redes de tratamiento de estos pacientes.
Para más de tres cuartas partes de los profesionales que han participado en el estudio, los cuatro tipos de recursos más necesarios actualmente son: programas ambulatorios específicos (89%), unidades de desintoxicación y retirada de sustancias (87%), recursos ambulatorios intermedios (85%) y unidades específicas de hospitalización (74%). Además, la mayoría considera que no hay talleres específicos para pacientes con patología dual, que son necesarios esfuerzos adicionales para el tratamiento de estos pacientes, así como un Plan Nacional sobre patología Dual en España.
"Existen en general dos redes asistenciales para un único enfermo, que sufre de conductas adictivas y otros trastornos mentales, quien tiene dificultades para encontrar la puerta acertada. Esto ha dado lugar al llamado ‘síndrome de la puerta equivocada'", explica el Dr. Nestor Szerman, Presidente de la SEPD.
"Las razones de esta disociación –continúa- es histórica, en la creencia de un origen social de estos trastornos, sin los conocimientos actuales que aportan las neurociencias y que indican factores y sustratos cerebrales comunes para ambas manifestaciones de la enfermedad mental. Al tener dos sistemas con diferentes filosofías, estas redes trabajan de forma totalmente separada, por lo que es imprescindible la integración funcional de todas las redes sanitarias públicas que tratan al enfermo mental (esto incluye las específicas de Salud Mental y los dispositivos asistenciales específicos a pacientes con trastornos por consumo de sustancias cuando se encuentren disociados)".
Asimismo, este especialista confirma que "desde la red de salud mental no suelen existir estrategias específicas ni planes de acción para el tratamiento de estos pacientes. En el momento actual las comunidades donde existe una integración funcional de ambas redes asistenciales son Asturias, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla-León, La Rioja, Murcia, Navarra y País Vasco".
Por su parte, el Dr. Pablo Vega, Vicepresidente de la SEPD, piensa que "el principal objetivo de la coordinación intrasectorial, intersectorial e interinstitucional en salud mental debe ser mantener la continuidad asistencial, aumentar la consistencia de las actuaciones y mensajes, y lograr que el sistema funcione de forma eficiente. Esta integración debe hacerse incluyendo la denominación y el concepto de Patología Dual porque, actualmente, y en general, se puede afirmar que la cultura de coordinación y cooperación entre los servicios de salud mental y los dispositivos asistenciales específicos a pacientes con trastornos por consumo de sustancias está insuficientemente desarrollada".
El Libro Blanco también constata que existe un escaso conocimiento por parte de los profesionales de los recursos específicos que ya existen para esta patología en las diferentes comunidades. Por este motivo, la mayoría de expertos piden también la creación de un registro nacional único sobre los recursos disponibles para esta enfermedad, así como estrategias de información y difusión.
"Los resultados obtenidos apoyan la necesidad de esfuerzos adicionales para el tratamiento de pacientes con patología dual. Gracias a las conclusiones de este Libro Blanco se podrá mejorar la planificación en las estrategias asistenciales", considera el catedrático de psiquiatría, profesor Miguel Casas Brugué, Presidente de la Fundación de Patología Dual.
También "se pone de manifiesto el avance que en los últimos años se ha desarrollado en el ámbito de la patología dual en nuestro país, pero que, en muchas ocasiones, no son conocidos en su totalidad, ni por los responsables de las diferentes administraciones, ni por los profesionales, lo que indica que aún nos queda camino por delante para poder ofrecer una atención integral de calidad con el máximo nivel de eficiencia y efectividad. Este Libro Blanco será útil para planificar y desarrollar políticas sanitarias que mejoren las estrategias para el manejo de los pacientes con patología dual y contribuyan a mejorar la calidad de vida de éstos, de sus familias y de la sociedad en general", manifiesta, por su parte, Francisco de Asís Babín Vich, Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Las dificultades del paciente con patología dual
Por patologías, la patología dual se presenta en el 70-80% de los pacientes con esquizofrenia, en más del 60% en los pacientes con trastorno bipolar, más del 70% en trastornos de personalidad graves, y más del 30% en trastornos por ansiedad y depresión, según datos de la SEPD.
"Un porcentaje importante de los pacientes con trastornos mentales graves ocultan el uso problemático o adictivo de sustancias y un porcentaje de individuos que demandan atención por conductas adictivas no son diagnosticados de su otro trastorno mental. La atención de estos pacientes presenta importantes dificultades a la hora de realizar la valoración y el diseño de la intervención debido a la complejidad del diagnóstico, la dificultad para prever la sintomatología y evolución del paciente, un peor pronóstico en tratamientos y las tasas más elevadas de morbilidad y mortalidad asociados a esta patología", explica el Dr. Szerman.
Las sustancias con mayor peso asistencial en pacientes con enfermedad mental han sido el alcohol y los opiáceos, que cada una ha acaparado el 30% del volumen asistencial, seguidas de la cocaína (21%) y el cannabis (14%), según los datos del Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD) de 2013. A estas habría que añadir, según la SEPD, el tabaco, que probablemente sea la sustancia adictiva más utilizada por los enfermos mentales; además de las adicciones comportamentales, como el juego patológico, que cursa casi en su totalidad con otros trastornos mentales.