El calzado de verano tras la desescalada de la COVID-19

Poco a poco se acerca el momento de volver al calzado de verano. Este año lo haremos de un modo muy especial, pues será tras varios meses en casa. Aunque durante la cuarentena hayamos intentado no abusar de los zapatos de estar por casa, es muy importante, ahora más que nunca, que hagamos una transición progresiva hacía las sandalias.

Si durante estos meses hemos estado usando un calzado con buena sujeción y amortiguación, no tendremos de qué preocuparnos. Sin embargo, si hemos usado un calzado tipo zueco, debemos tener ciertos aspectos en consideración antes de pasar al calzado de verano, pues, ya de por sí, tendremos nuestros pies mal acostumbrados. 

Por un lado, es importante que antes de pasar a los zapatos de calle o los tacones usemos primero un calzado deportivo, que sea cómodo y tenga buena amortiguación. Asimismo, debemos tener en cuenta estas y otras características para nuestro calzado de verano, según nos aconseja el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA):

  • Sujeción: siempre es importante que nuestro calzado tenga un buen agarre, pero sin oprimir el pie. De este modo, debemos evitar los zapatos tipo zueco o tipo chancla, pues su uso excesivo puede traernos problemas a largo plazo, como lesiones, dedos en garra o alteraciones de la pisada.
  • Amortiguación: lo ideal es que nuestros zapatos tengan una suela de entre 3-4 cm, que nos ayude a evitar los impactos bruscos al caminar. Además, también es beneficioso que sea un poco más alta del talón que de la zona delantera. Es decir, que no sea completamente plana, pues nos ayudará a evitar lesiones como la fascitis plantar.
  • Flexibilidad: debemos buscar un calzado que tenga cierta flexibilidad y que no sea muy rígido, para que se adapte a nuestra pisada y no la altere.
  • Materiales: es importante que nuestro calzado esté fabricado, en la medida de lo posible, con materiales naturales. Siempre debemos buscar evitar los plásticos, que dificultarán la transpiración y acumularán bacterias que, por un lado, pueden generar infecciones y, por otro, crearán malos olores.

Por otro lado, además del calzado, hay ciertas cuestiones que debemos tener en cuenta para mantener la salud de nuestros pies en la época estival:

  • Medidas de higiene y cuidados: ahora somos más conscientes que nunca de la importancia de mantener una higiene y unos cuidados constates para que patógenos externos no entren en nuestro cuerpo. En el caso de los pies, debemos lavarlos diariamente, a ser posible con jabones neutros, secarlos a conciencia y sin frotar en exceso para no dañar nuestra piel, así como hidratarlos con cremas.
  • Visitar al profesional de podología: Ahora más que nunca, antes de retomar una intensa actividad, es aconsejable que visitemos a nuestro profesional de la podología de confianza. Este, nos realizará una revisión, nos hará un diagnóstico y nos dará unos consejos a medida para mantener la salud de nuestros pies.

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